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Marcelino Izquierdo

Historias Riojanas

El primer Palacio de Justicia de La Rioja

Las obras arrancaron en 1946 y el edificio fue inaugurado por Gallarza y otros dos ministros el 10 de julio de 1952

 

A vueltas con el nuevo Palacio de Justicia de La Rioja, levantado en la zona de Murrieta y cuya inauguración está prometida para final de año –tras algún que otro aplazamiento–, llega hoy a esta Retina de la Memoria el todavía en funcionamiento edificio de los juzgados, puesto en marcha en el año 1952 y que, por primera vez, agrupaba todos los servicios jurídicos en una única sede centralizada en el Logroño moderno.

El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, que así se denomina en la actualidad, tiene su antecedente histórico en las antiguas Audiencias Territoriales nacidas con la Constitución de 1812, ley de leyes gaditana que otorgó las competencias de las causas civiles y penales a las Audiencias Territoriales, si bien la provincia de Logroño no quedó definitivamente constituida hasta 1833.

Diferentes ubicaciones

Durante los siglos XIX y XX, las diversas dependencias judiciales fueron recorriendo variopintos edificios de la ciudad, entre ellos el antiguo Ayuntamiento –conocido como El Portalón–, que fue derribado en 1914 para permitir la apertura de la calle Juan Lobo; el palacio la calle Rodríguez Paterna, frente a la Cocina Económica, que ahora ocupa el Archivo Histórico; o el Palacio de Espartero, en la plaza de San Agustín, décadas antes de convertirse en Museo de La Rioja.

Contaba el cronista Jerónimo Jiménez que la escritura de compra de los terrenos del Palacio de Justicia, en la esquina de Víctor Pradera y Bretón de los Herreros, tiene fecha de 30 de enero de 1946 y que, a finales de ese mismo año, echaban a andar las obras a cargo de la empresa constructora de José Díaz Herce, como bien atestigua el cartel que aparece en ambas fotografías.

 

 

Provocó cierto malestar social entre los logroñeses el hecho de que para levantar la nueva Audiencia, en plena posguerra, fuera preciso derribar las escuelas primarias, ubicadas en la misma esquina, de la que se beneficiaban niños y niñas de baja extracción social, lo que agravó el “problema escolar” que sufría la capital por aquel entonces. De hecho, antes de que fuera dedicada al dramaturgo de Quel y al teatro que lleva su nombre, la calle era conocida como Muro de las Escuelas.

El juicio de “Satanás”

Tras más de un lustro de trabajo, el Palacio de Justicia quedo oficialmente inaugurado el 10 de julio de 1952, en un solemne acto presidido por el entonces ministro de Justicia, Antonio Iturmendi, y al que también acudieron los ministros del Aire, el riojano Eduardo González Gallarza, y el de Obras Públicas, conde de Vallellano. Para un presupuesto total de 5 millones de pesetas, el Ayuntamiento logroñés contribuyó con 600.000 pesetas y la Diputación Provincial, con 400.000.

Coincidieron las obras de la actual edificio judicial con el proceso del denominado “crimen de Satanás”, ocurrido en 1946 y que desembocó en la última pena de muerte ejecutada en La Rioja. Como Logroño no contaba en aquel momento con una sala con la suficiente capacidad, las autoridades decidieron que la vista oral se llevara a cabo en la biblioteca del IES Sagasta (entonces Instituto de Segunda Enseñanza).

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Certezas, curiosidades y leyendas del pasado, de la mano de Marcelino Izquierdo

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