Y no me refiero a los brotes verdes que presagian –vía Cristóbal Montoro– la moderada salida de la crisis, ni a la desconcertante frase de «llueve mucho», primera valoración de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España, sobre la anulación de la ‘doctrina Parot’ por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo. No.
Casi una década después, el Museo de La Rioja reabre sus puertas a la ciudadanía con un nuevo escenario museográfico y el triple de espacio expositivo, poniendo fin al dudoso título que ostentaba Logroño de ser la única capital de provincia del país sin museo. Enhorabuena a todos, de corazón. Dicho esto, queda claro que otro día tocará analizar en profundidad el continente y el contenido del citado museo, que es harina de otro costal. Atentos
Los cines 7 Infantes devuelven a La Rioja su ilusión por el séptimo arte recuperando ocho salas de proyección y, sobre todo, revirtiendo la tendencia de cierres que se cernía, desde hace años, sobre esta industria. La inauguración, además, contó con la película ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’, del realizador David Trueba –muy vinculado a la figura de Rafael Azcona– y protagonizada por el albeldense Javier Cámara, que siempre aprovecha la más mínima oportunidad para regresar a casa.
El también riojano Santiago Tabernero acaba de presentar en la Seminci de Valladolid su segundo largometraje, ‘Presentimiento’, cuyo guión ha escrito junto al actor Eduardo Noriega.
Bernardo Sánchez, otro riojano ilustre, estrenó en el Bretón logroñés su versión de ‘El baile’, de Edgar Neville, protagonizada por otro paisano, Pepe Viyuela.
Ya llueve menos, como digo, para el mundo riojano del arte y la creatividad. Si, como colofón, José Ignacio Wert –¡qué papelón el suyo como ministro de Educación!– se dignara a devolver a su justo baremo el IVA cultural, lanzaríamos hasta cohetes.