Hace tres semanas un par de amigos de mi especie me llamaron por teléfono un sábado temprano. Muy temprano. Eran las diez de la mañana y habían cruzado ya con su coche ‘ la marca histórica de Montejurra’. Viajaban rumbo suroeste por la maravillosa A-12, esa autovía que nos unirá cuando acabéis el maldito puente que tanto está costando construir (para el año que viene que hay elecciones creo que ya estará)

Y mis amigos a toda mecha y en tono jocoso me dijeron: “¡Aupa! ¿Qué tal? Oye… esto… que vamos para eso de las tiendas baratas de Arnedo. ¿te vienes a comer?”

Las tiendas baratas de Arnedo.

Vamos a ver, navarros de mi alma, desde aquí os dejo una cosa clara para que la grabéis a fuego. NUNCA, llaméis a ese centro de ocio del consumo: “Lugar tiendas baratas de Arnedo”.

Son OUTLET OUTLET

¡OUTLET!

(sé que es inglés y que nosotros somos más de francés y euskera.. pero bueno… )

“Que sí… que vale, que lo que tu digas… Que bajamos a ese sitio que venden ropa y zapatos a buen precio. Que me dijo Ander el otro día que se pilló unas chirucas chulas baraticas para pasear y un par de cortavientos azules. ¿te vienes?”

He de decir que mis amigos son muy básicos. Son los típicos navarros-prototipo de esos que creen que un par de botas de monte es el calzado más recomendable para ir a tomar unos potes a la Estafeta o  a la Laurel si han decidido venir a visitarme. Las chirucas son un calzado muy de la gente del otro lado del Ebro. Los vascos también son fan de ellas. De las chirucas y de las tierras navarras (pero eso es por otro motivo que no vienen a cuento con la historia)

Por eso, riojanos míos, una de la manera más fácil de localiarnos en vuestros bares es por el calzado. Mirad siempre hacia abajo. Además ¿no dicen que el calzado dice mucho de la persona? Pues entonces ya está todo dicho.

“Vale. Allí os espero. Supongo que llegaré antes que vosotros”.

Cogí mi coche y me lancé sin Via T (pagando como un campeón) por la artería de brea que corta a La Rioja en dos, dirección a Calahorra y de allí a Arnedo. Rumbo al centro de ocio y compras. Rumbo al Polígono. El Polígono del Raposal

Raposal

¿Qué os pasa riojanos míos? ¿No podéis poner un nombre normal a vuestras zonas industriales?….

En fin… ya sabéis que los navarros tenemos especiales relaciones con esta ciudad, Arnedo. Les tratamos de robar los santos todos los veranos y no nos dejan; nos gustan los toros como a ellos y usamos sus zapatos con pasión. Así que ir a Arnedo para mí no suponía ninguna sorpresa. Pero para ellos fue una novedad increíble. Se sentían como la primera vez que vas a Ikea. Atraídos por zapatos y ropas iban de tienda en tienda. Sin comprar eso sí. Yo oía hablar en euskera con una naturalidad pasmosa. Incluso llegué a pensar que Arnedo era el ‘Condado de Treviño’ vasco en La Rioja. Crisol de culturas en torno al zapato.

Mis amigos compraron mucho. Se forraron de identidad con un par de chirucas, dos cortavientos cada uno y unos pantalones de monte muy apañados. Ideal para salir de vermuteo al día siguiente por la navarrería. Iban felices.

¿Yo compré? Pues no. A mí no me gusta el cortavientos. Soy más de abrigo, bufanda y gorro. Soy un navarro raro y prefiero complicarme la vida. Odio las chirucas. Mucho. Por eso prefiero ir con zapatos o Converses por los adoquines del casco viejo de Pamplona.

Pero no os preocupéis que yo fomento vuestra economía. La semana pasada estrené unos zapatos marrones muy chulos. Made in Arnedo. Estuve a punto de comprarme unos molones que fabrican en Mallorca con una suela preciosa. Pero me tiró la amistad arnedana. Me los probé y San Cosme y San Damián hicieron que sacara la cartera para pagarlos.

Eso sí. Los compré en Pamplona. Que tampoco hay que pasarse con riojanismos… Ya véis, riojanos míos, fomentando el intercambio de divisas en el Ebro.

(y por cierto, hablando de divisas ¿sabéis que en el mes de julio el dinero fluye que da gusto en Pamplona por nuestras fiestas? … pues eso… pues que ya falta menos! ya falta menos para San Fermín!)