Riojanos, he tenido pesadillas esta noche. Y eso que cuando llegué a las tantas me quité el pañuelo empapado (vuestras fiestas este año se parecen un poco a los sanfermines de 2014… pasados por agua). Pero no he dormido bien. Ayer sufrí un exceso de ‘riojanismo’…
Ayer estuve con él.
Lo ví de cerca corriendo de un lado para otro.
Con su melena al viento y su charanga.
El auténtico Makoki….
Ya me habían advertido de lo duro de la experiencia. Por eso llamé a media tarde a mi amigo Francisco Javier que se lo pensó un par de veces antes de venir. Estaba sin Puy. Y hay muchas riojanas sueltas… Tranquila Puy. Se portó bien. Fue todo un caballero pamplonica… (como la mayoría de los subditos del Reyno, por otra parte).
Francisco Javier y yo entramos previo cacheo a la carpa de las peñas. Y allí estaba el personal repartido por zonas. En primera fila, los fieles incondicionales de menores de edad. En el espacio intermedio, esos riojanos que están en la edad inclasificable de recordar tiempos mejores y pensar que todavía están de buen ver. Y al fondo, los padres pacientes observando cómo sus vástagos se introducen en el fantastico mundo de Makoki…
Mientras Francisco Javier iba a por kalimotxo (Calimocho para vosotros… puristas del castellano) yo cogí sitio en el medio. Y Makoki me atrapó. Iba como un ‘monico’ de lado a lado con una charanga impresionante que le hacía los coros y los decoros… Y él ahí…dedicado a sus fans… dejándose LITERAMENTE la voz para hacer disfrutar a sus riojanos del alma. Grandes ‘jits’ de toda la vida… “Vaca lechera” “Si te aprieta la goma la braga”…”Pintxo de Tortilla” (que por cierto, como os pillén los de euskaltzaindia con esta canción os montan un pleito con la SGAE y el plagio que os cagáis…) Todo de una letra tran profunda que a mí se me saltaban las lágrimas de la emoción (ahora bien… no tengo muy claro qué clase de emoción sentía….)
Cuando Francisco Javier traía el kalimotxo me preguntó:
-¡Hostias! ¡¡¡que te pasa!!!
-La Rioja amiguico. La Rioja por mis venas amiguico, me pasa La Rioja por mis venas…
Riojanos míos me transformé… Bailé cosas imposibles. Cosas como ésta.
La cosa se complicaba por momentos. Incluso el Kalimotxo sabía bien (cómo se nota que estaba con hecho con el mejor caldo que guardáis en vuestra tierra….). Francisco Javier me miraba con cara incredula. No sabía por donde cogerme. No sabía donde meterse… El mantenía la compostura foral que yo perdí. Ese instinto Navarro que nos hace diferentes y saber cuándo algo no es del gusto de nuestras tradiciones más castas… Sosería lo llamo yo a veces…
El caso es que me vine arriba. Y claro. Las cosas luego se pagan.
Porque cuando salí por esta maravillosa puerta (Hay que ver cómo domináis los idiomas, riojanos míos) me entró un bajón moral de esos que no lo levanta ni un buen patxarán con endrinas del Roncal… Un Navarro disfrutando con Makoki… Eso no puede ser…
Y me fuí a casa a dormir triste. Pensando solo una cosa, riojanos míos, si alguien quiere entenderos un poco tiene que conocer esa carpa y dejarse llevar. Soltar las riendas y observar cómo se os va la vida cuando suena esta canción…