Así es ella. Esperanza. Su liberalismo comienza en el “Tamayazo” y termina donde se inicia su fe cristiana, que a su vez, invade la parcela democrática que finaliza nuevamente en EduardoTamayo…el tránsfuga que junto María Teresa Sáenz – la otra tránsfuga- hicieron posible que Esperanza sea presidenta de la Comunidad de Madrid. Ese es el liberalismo de Esperanza Aguirre.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, junto al cardenal Rouco Varela -por medio de la firma de un acuerdo-, pretende que los sacerdotes aumenten su presencia en los hospitales de la capital, incluso según la cadena SER, que participen en la toma de decisiones que afecten a la vida o tratamiento de determinados pacientes en situaciones especiales. Y nuevamente sorprende la peculiar manera de entender el liberalismo de Aguirre. Pues precisamente el liberalismo pregona y publica como su mayor valor el respeto por las libertades individuales. Impulsa la valía y vigor de las libertades civiles, y se opone a cualquier tipo de despotismo que pretenda imponer una doctrina….y, ¡qué mayor antagonismo con el pensamiento liberal que el de la jerarquía eclesiástica!.
En los hospitales de Madrid a partir de ahora, la iglesia católica será primada y potenciada en su presencia, y opinará sobre si a un enfermo terminal se le administran cuidados paliativos o sedación, o todo lo contrario. Si es ético o no que una mujer aborte dentro de los plazos y supuestos que contempla la ley. Si lo es interrumpir un embarazo en supuesto de una malformación sobrevenida.
Bueno…no exactamente. Más bien lo que sucederá es que un representante de la iglesia católica –posiblemente el capellán médico adscrito al hospital-, participará con voz y puede que hasta con voto en el órgano colegiado de cada centro que propone a los facultativos que es lo correcto en cada caso. El comité de bioética.
Esto que a muchos les parecerá normal, a otros tantos – o más- , nos parece una aberración que no solo va en contra del “liberalismo”, sino contra la Constitución española en primer lugar, y contra el sentido común. España es un Estado aconfesional.
¿Quién es un sacerdote católico para opinar o decidir sobre mi salud o sobre la de mis familiares?. Solo se podría intentar justificarlo al ser cristiano el paciente y siempre que éste de su consentimiento. Pero se imaginan que el enfermo sea un agnóstico, o un ateo…o un testigo de Jehová , adventista, protestante, musulmán, budista …
Pero iré más allá..¿Quién coño es un cura, para -ni tan siquiera- conocer si yo me encuentro ingresado por un cáncer o por unas anginas?… ¿tiene la iglesia católica algún tipo derecho sobre mi privacidad?.
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