Me quedé estupefacto viendo en la tele a toda esa militancia casposa y arcaica que decían ser del Partido Popular (dos cientos de voceros), insultando a su propio lider, a Gallardón, y todo pichigato que pasara por allí. En la calle Génova de la capi. Y a Dios gracias que los diez millones de españoles/as que votan al PP no son así. Si lo fueran…tendríamos otra guerra civil. Aunque ahora que lo pienso…esa banda de exaltados son los de siempre. Los de la bandera con el pajarraco.

Esa gente no sabe presentar una lista alternativa, en un concreso civilizado…no. Esos tienen que gritar, insultar… escupir veneno. Menos mal que son una micro-minoría.

Si es que me va a terminar cayendo bien marianito…”maricomplejines”, como le llama ese paladin de la democracia que es Federico Jiménez Losantos. El mismo que desde su púlpito radiofónico arzobispal llama a la manifa a toda esa gentuza. Me encanta Don Federico. Las mañanas sin su España cañí y sin sus vómitos… no son mañanas para mí.

Sí…!coño¡, me está cayendo bien el marianito. El chico quiere modernizar al partido, desaciéndose de toda la morralla. Léase: Acebes, Zaplana, Aguirre, y Aznar, y su correspondiente cohorte de bufones y cortesanos.

Eso sí, ya que se pone a limpiar la casa común de la derecha democrática y constitucional, que se pase por La Rioja, y se ponga los guantes…y una mascarilla. Buena falta hace. Que nos deje una derecha limpia y reluciente. Tolerante, impoluta y sana de toda corrupción, apoltronamiento y deudas judiciales. Encontrará suciedad acumulada desde hace más de una década.

Y no quisera abusar de la lucha de Rajoy contra el síndrome de diógenes, pero si le sobra un poco de “limpiatodo” -un chorritín- que se pase también por algún que otro Ayuntamiento…se encontrará con buenos “txorongos”. Y el que se de por aludido, como dicen en mi tierra: Qué le den…