. En la noche de los tiempos, y según afirman afamados antropólogos, (evolucionistas acérrimos) el australopiteco abandonó los árboles y bajó al suelo. Con gesto descortés, se enderezó sobre sus cuartos traseros,condenándonos a sufrir hemorroides para toda la eternidad. Siguiendo diferentes caminos evolutivos -probablemente propiciados por la diversidad del ecosistema, la variabilidad climática […]