Para proteger “integridades” y supuestas “honorabilidades” de las tropas de ocupación norteamericanas en Irak, Barack Obama ha decidido censurar la aparición en prensa de cerca de dos mil fotografías en las que se ven abusos sexuales contra ciudadanas y ciudadanos irakíes. Pruebas de cargo contra el ejército invasor, que dejan al descubierto algunos de los horrores que suponen los conflictos entre nuestra especie…la más desalmada y despreciable que puebla la tierra.
Esas dos mil instantáneas delatan a militares de los USA introduciendo tenedores, tubos fluorescentes y otros utensilios por las oquedades de prisioneros y civiles. Horror gratuito e innecesario. Instantáneas en las que se observan marines violando a niñas iraquíes, torturando a muchachos y todo tipo de vejaciones. Eso sí…para algunos fundamentalistas serán seguramente conductas menos graves que ponerse un condón, tomarse la píldora del día después o interrumpir un embarazo recién iniciado…pero –dejando estas mentes podridas a un lado-, los hechos son de una gravedad escandalosa y dejan en clara evidencia las supuestas intenciones de las tropas de las Azores.
También ponen en entredicho el ímpetu de transparencia que identificaba al nuevo presidente afroamericano.
La censura no es admisible en ningún caso, mucho menos si lo que se censura son hechos de tanta gravedad. Los norteamericanos, los irakíes y el resto del mundo tienen derecho a conocer lo que ha sucedido en esa guerra injustificada , las consecuencias de una invasión ilegal e inmoral.
La voluntad de un presidente no puede hurtar la realidad por muy despreciable que sea. La honorabilidad de las tropas estadounidenses se tendría que haber demostrado en el campo de batalla…lo cual resulta evidente que no ha pasado, ni va a pasar…ya que nunca encontraremos nada de honorable en una guerra ni en quien la ejecuta.