Pedro Sanz ha decidido decapitar un exiguo ramillete de amancebados políticos del dinero público. Una escarda estética. No me dan ninguna pena las y los defenestrados, ya que seguramente les habrán buscado un retiro dorado, o en el peor de los casos, su regreso al puesto de trabajo abandonado se lo habrán acolchado durante la […]