Esta semana ha saltado a la prensa un nuevo caso de lo que es una de las más asquerosas y sectarias prácticas de los políticos más miserables y arrastrados.
Una letrada del Parlamento de La Rioja, fue sancionada internamente a 6 meses de suspensión de empleo y sueldo por opinar. Sí…por opinar.
Opinó, y dejó por escrito -más o menos- que en el Parlamento de La Rioja el estado de derecho brilla por su ausencia. Y claro, a la casta política gobernante esto de que alguien les diga la verdad a la cara… no lo toleran, y abusan de su poder en el corralito del procedimiento administrativo, en el que se recrean enfermizamente hasta que llega la realidad del juzgado.
El juez ha dictaminado como nula la sanción impuesta a esta funcionaria mediante expediente disciplinario. Este es solo un caso más, pero en no demasiados días se conocerá otro todavía más escandaloso.
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En esta bendita tierra -de vino y pandereta- se practica el mobbing contra los funcionarios que no tragan. Un delito tipificado en el Código Penal que patrocinan altos cargos espoleados por sus propias frustraciones y por las llamadas telefónicas de los caciques locales…los fascistas de pueblo.
Para acometer esta despreciable tarea se apoyan en altos funcionarios que a modo de trampolín se prestan a lo que se les mande. No hablo de oídas, sino de mi propia experiencia….que en este tema es muy dilatada y contrastada.
Por cierto, estoy diciendo (por si alguno no se ha enterado todavía) que se practica acoso laboral contra los trabajadores, por lo que aviso a los centinelas que pueden interponer contra mi persona una denuncia en el juzgado por expresar mi opinión en este artículo. Que lo fotocopien y se lo lleven al juzgado, a ver si soy capaz de demostrar lo que digo ante un juez …y de paso me ahorran ese ineludible viaje.