Zapatero jamás hubiera sacado un dedo corazón a pasear. Tiene demasiada clase para ello. Se le sale el talante por las orejas.
Pero no podemos pretender que ese “playboy” de la España profunda que es Aznar, tenga la misma clase.
No soportó las verdades que le proferían los jóvenes universitarios…¡Juaventud divino tesoro!.
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Todos nos tenemos por buenas personas, es lógico. Nadie se tiene por malo, por genocida, por colaborador necesario para la muerte de cientos de miles de personas. Claro. Si te llaman genocida, aunque seas Stalin, es muy posible que no tengas consciencia de tal condición y te reveles, ofendas…cabrees. Hitler se tenía en gran estima.
Ante tales gritos e insultos yo hubiera hecho lo mismo. Habría sacado a pasear mi dedo corazón…pero el derecho. No el izquierdo.
En eso Aznar es zurdo. Levanta la zurda, se muesca la raya de la cabeza a la izquierda y apostaría a que carga igualmente a la izquierda. Es un macho de izquierda aunque no de izquierdas.
Lo que no me ha gustado ha sido esa mano casi prensil…homínida diría, que parece no llegar a coordinar la plegadura de sus dedos para construir una peineta perfecta. Para rematadera…¡esa cara!. Observa embelesado su propio dedo. Su esbeltez…su prestancia…. su porte fálico. Se adivina la conjunción de las niñas de sus ojos. Disfrutando del momento, esboza una sonrisa socarrona, sabedor de que su gesto no tendrá respuesta…¡Pedazo de guardaespaldas, que pagamos todos!.
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Chorradadillas sin importancia, sin ninguna gravedad. Cosa distinta es lo que sale por su boca. Cuantos culos defecan más limpio.