No sé si los medios recogerán esta noticia. Por si acaso.
Encontrábame yo flotando en el agua -cual manatí en domingo de pascua- cuando sonó inoportuno el himno del gloriosos Athletic Club de Bilbao en mi móvil. Salí del agua, me sequé como pude la mano y alcancé el tf. Al otro lado una voz varonil me dijo: “escucha esto”…aguzé el oído para percibir con meridiana claridad un abucheo en toda regla, pitidos, chillos, murmullos y algún que otro “fuera”. Eran las 20,30 de la tarde y en la plaza de toros de Calahorra – tras un espectáculo taurino- el respetable abucheaba al alcalde de Calahorra que acababa de saltar al ruedo para entregar unos trofeos a los ganadores de un concurso de recortadores. Todo ello en presencia de un consejero del Gobierno de La Rioja, Conrado Escobar.
Una pitada ajena al espectáculo y que nada tenía que ver con el mismo, que afloró con naturalidad cuando el concejal de juventud saltó a la arena, disminuyó un tanto en volumen al salir la concejala de festejos y se incrementó hasta el “éxtasis” al aparecer gallardamente Javier Pagola, que se llevó la más gorda.
Abandonaron el albero sin saludar al respetable. No hubo orejas…ni rabos.