Según reza el refrán, cuando la pobreza entra por la puerta el amor sale por la ventana. En esta ocasión y para el Ayuntamiento de Calahorra, la pobreza es la crisis y el amor la cultura. No satisfechos con eliminar a los profesores de música de la Escuela Municipal de Música, a la de baile regional…ahora el objetivo para reducir el déficit que este municipio arrastra desde hace años es seguir recortando las prestaciones en cultura. El nuevo tijeretazo en las prestaciones culturales que financia este Ayuntamiento afectará desde Enero a la mismísima biblioteca municipal. La misma verá recortado su servicio en 52 días al año, un recorte escandaloso que pone en evidencia la verdadera catadura cultural de un equipo de gobierno agotado, falto de ideas, empuje y soluciones. Antes que optar por cerrar una biblioteca deben de sopesarse otras múltiples alternativas…otros gastos innecesarios…otras gateras por las que se escape el dinero innecesariamente. Se me viene a la memoria una de ellas que ayer mismo leía en un comentario del Diario La Rioja a esta noticia. Un lector –o lectora- proponía que en vez de cerrar los Sábados la biblioteca para ahorrar, se deje de pagar la liberación al concejal de cultura (José Ibáñez), así con los 40.000 euros que cobra más los gastos que suponga al Ayuntamiento de Seguridad Social etc. igual lejos de cerrar la biblioteca los Sábados …hasta se puede abrir los Domingos. Total, es una liberación totalmente innecesaria, que no se justifica en modo alguno. Con los funcionarios y funcionarias existentes en la actualidad en el área de cultura la figura liberada de un concejal es un despilfarro innecesario. Para dar las directrices culturales (que en Calahorra gravitan alrededor del estómago) no hace falta una liberación a tiempo total. Por el contrario la concejalía que si necesitaría de liberación – la de urbanismo al igual que la de hacienda- no cuenta con esta gracia.