Esteban González Pons ha sufrido -desde que pasó a formar parte del equipo de Rajoy- una metamorfosis de esas que serían capaces incluso de descolocar al propio Pujol…el de la copa del mundo.
Ha pasado de aparentar ser un hombre sensato y dialogante de la derecha española, a convertirse en un hooligans del PP, al estilo Álvarez Cascos, pero con la sucinta diferencia de que al asturiano se le veía venir de frente. Este ha venido de soslayo…embaucando.
Desconozco si el nuevo Pons montaraz (y lo digo por lo grosero y lo rudo de su discurso), se ha reinventado a sí mismo por iniciativa propia o por mandato de Rajoy. Tal vez lo sea por imperativo de la derecha dura que gobierna el PP…por no desmerecer.
O puede que sea una pose de cara a su galería. Sea como fuere, el Pons de las tertulias de la SER ha muerto definitivamente y en su lugar ha emergido un personaje oscuro que lanza graves acusaciones y teorías conspirativas insostenibles y peregrinas.
Según el camaleónico Pons, el Gobierno creó la crisis de los controladores para despistar a la opinión pública de la crisis económica. ¡Como si la crisis se disipara con una huelga ilegal de millonarios!
Posteriormente y para despistar a la opinión pública de la huelga ilegal de los controladores , -según Pons- el Gobierno urdió el dopaje de la atleta palentina Marta Domínguez . Bolsas de sangre y Guardia Civil de por medio. Inaudito.
.
Y estas cosas las dice el Vicesecretario General de Comunicación del PP desde la tranquilidad de saber que por dar un mitin entre acólitos nadie te puede obligar a someterte a un control de alcoholemia.