Hoy domingo el ABC y el XL Semanal se dan la mano con dos columnas que mencionan el uso de la palabra “fascista” y un mega- artículo sobre el fallido golpe de Tejero.
El reportaje del ABC hace un viciado repaso al 23 F, pero no como lo que fue, sino como lo que el periódico quiere dar a entender que fue. Entrevista a Alfonso Armada a sus 91 años (condenado a 26 años de cárcel, de los que solo cumplió cinco) y un álbum de fotos de los golpistas, que más bien parece la foto de fin de carrera de un grupo de intelectuales uniformados. Se echa de menos que condenen el golpe y los tilde de lo que fueron… fascistas y terroristas.
El columnista del mismo periódico -Antonio Burgos- a modo de cátedra empieza a divagar sobre lo apropiado o no apropiado de tildar algunas conductas de “fachas”. Como justificándose. Se termina casi presentando como un izquierdista que decía lo que pensaba contra Franco cuando éste todavía vivía…un estupendo ejercicio de audacia y de desvergüenza. Para concluir pregonando que si ahora lo tienen que llamar “Facha”,pues que lo llamen…y a mucha honra – añado yo-.
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Para terminar de rematar la jornada dominical, el Sr. Pérez Reverte – en el XL Semanal- tiene dudas sobre lo que es un fascista. No le gusta como las gentes utilizan el término.
Para justificar sus dudas siembra otras y distrae el foco. Muestra su estupor ante que se le pueda llamar fascista a quién se viste con corrección…el que se peine con fijador…”fume, le guste ir a los toros o le pegue a una mujer”. Según su pueril descripción, creo que yo también soy fascista, aunque jamás he pegado a una mujer.
También nos regala el oído con sus devaneos sobre lo que es o no es una violación. Pero deja muy claras dos cosas. La primera que por desgracia, como corresponsal de guerra ha presenciado más de una. La segunda que en su fuero interno siente remordimientos por no haber hecho nada (o no haber podido hacer nada) para evitarlas. Por último deja patente su catadura al querer cimentar sus argumentos sobre “el deber de auxilio ante una violación” en la descalificación de otros periodistas, como María Antonia Iglesias o Pilar Rahola a las que etiqueta de “demagogas, pseudofeministas e imbéciles”.
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Si pudiera hablar con él le recomendaría que salga de su cuerpo y se siente una tarde a leer sus propios artículos. Encontrará la perfecta definición…sin necesidad de leerse las 395 páginas del libro de Ernst Nolte (de Plaza y Janes) 1.968 “El fascismo”.
Si pese a eso quiere leerlo…que me lo pida, lo tengo en la librería de mi cuarto de estar. Pero las palabras no solo significan lo que los académicos de la lengua opinen o deseen. El pueblo las utiliza para lo que le sale del arco del triunfo.