Parecía arrogante con 17 diputados… Imagínense como lo será con 20.
La experiencia marcaba el previsible camino de un discurso todavía más previsible, no ya en el contenido – que también- sino en las formas. No porque se sepa de antemano lo que hará – que también- mayormente porque se sabe lo qué dirá. Incluso con qué rictus lo hará.
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El de ayer (a mi modesto entender) fue un discurso de investidura plano, en el cual algunas afirmaciones, ofertas de diálogo y cantos a la “lealtad” sonaban hueros. Porque Sanz tal vez puede alardear de una “lealtad” en el Parlamento y, esa es la que se tiene a sí mismo.
También puede presumir de haber conseguido una mayoría absoluta aplastante, eso nadie puede dudarlo pero…Les garantizo que el pasado 22- M cualquiera hubiera sacado esa mayoría bajo la marca PP. Ya fuera como primer espada Sanz, Cuevas, Del Río , Luis Martínez-Portillo, Cuca o el alcalde de Santo Domingo, que ni lo conozco.
Porque el Sanz de la versión 4.0 no hizo (en mi opinión) nada para ganar las elecciones. Solo dejarse llevar por su propia inercia y por la estrategia -perfectamente medida- de su partido a nivel nacional. Dejarse llevar por la crisis y la gestión del adversario político y, esperar a recibir los frutos. Tal y como ya hizo en 1995 ante el otro descalabro del PSOE. Idéntico.
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Esta mañana, en la segunda sesión de su investidura, ha demostrado tan “mal ganar” como poca elegancia, con un González de Legarra tan anodino como autohumillado – ante la brutal realidad de los 20 diputados de Sanz-, que no ha tenido reparo alguno en felicitar y reconocer más de 10 veces los méritos del PP y de su mayoría absoluta, refrendada por 85.000 riojanos.
La reiterada genuflexión del líder del Partido Riojano, ha encontrado una respuesta poco gentil del candidato Sanz, que ha cargado – con mayor mesura que la que acostumbraba en su versión 4.0 – contra el PR y su portavoz, ejerciendo de “ocurrente” al sacar de su bolsillo un par de huevos de madera. Tras la consabida “gracieta”, ha concluido recomendando a González de Legarra que adoptara la “postura del penitente”.
No he reconocido hoy a ese fantástico parlamentario – que lo es- y portavoz del PR. Suerte que tendré mejores ocasiones para aprender de él. Tampoco es manco el presidente.
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Para terminar, tras el sobrevenido discurso de Martínez Aldama, Sanz 5.0 en un ejercicio de descortesía – tan inédito en otros parlamentos como habitual en el nuestro-, no ha salido a responder al portavoz del PSOE , permitiendo que el mejor alumno de su madraza, subiera al estrado a hacer lo que mejor sabe….Manipular, tergiversar y sobretodo impregnarlo todo de una demagogia rancia y deslustrada. Manchada de un previsible y forzado sarcasmo.
Una vez descargado el portavoz, Pedro Sanz ha levitado hasta la tribuna parlamentaria para agradecer al portavoz del PP su mano de jabón y aprovechar la réplica -a Martínez Aldama- para resucitar uno de sus tabúes más recurrentes, (José Ignacio Pérez Sáenz), el que fuera presidente de La Rioja hace 17 años – nada más y nada menos- al cual se ha referido hasta en 3 ocasiones. ¿Qué tendrá Pérez Sáenz, que siempre está en sus pensamientos?
Supongo que de Viriato no nos ha hablado, porque quería terminar pronto.
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Sea como fuere, la nueva versión 5.0 de Sanz, (la de los 85.000 votos) ha ninguneado y minusvalorado a la oposición y a sus portavoces y por tanto, a las decenas de miles de personas que los han apoyado con su voto. No ha dado respuesta a casi ninguna de las interrogantes planteadas por el portavoz del PSOE. Se ha mofado del PR y ha demostrado que -como era de esperar- su ofrecimiento de “diálogo sincero” es canto de manatí…Que las sirenas no existen.
La versión 5.0, sigue siendo fascinante. Sonría un poco más presidente, que esta vida son cuatro días y, aquí estamos de paso.