Dice una máxima, que cuando algo funciona (meridianamente normal) es mejor no tocarlo. Esa máxima es la que  no se aplicó el día en que se decidió cambiar de plataforma a todos los blogs de opinión del DIARIO LA RIOJA. A partir de entrar en funcionamiento la nueva, esto se ha convertido en un verdadero incordio.

Me paran por la calle  conocidos y asiduos del blog, para decirme que les resulta imposible comentar…Que para insertar un comentario no solo hace falta haberse registrado, identificado, instalado determinados archivos o actualizaciones de programas…También poner 12 cirios al santo Job para que el puñetero sistema te permita escribir y enviar un comentario.

Yo mismo ni puedo muchas veces escribir en mi propio blog, pues aparece el jodido mensajito de: “Por favor espere”.

Ayer mismo “pretextato” se quejaba en este blog de que el suyo ha desaparecido con el nuevo cambio. No es el único al que le ha sucedido esto mismo. Sin ir más lejos En el camino se han perdido más 11. 000 comentarios ¡solamente en mi blog!

Gracias a estas dificultades- que ya se antojan perpetuas, la participación en los blogs se ha reducido a su mínima expresión. A esta merma en la calidad, hay que unir otras carencias añadidas del sistema, como la imposibilidad de dejar  programadas entradas en el tiempo, o cambiar la apariencia del formato (más allá del color de las letras) , para que deje de parecer  la decoración de la sala de espera de una clínica de pago. 

Tampoco es posible controlar el tamaño de la fuente. Sí, ya se que en teoría tendría que poderse, pero no en la práctica.

Por si esto no fuera ya suficiente, resulta que ahora tampoco se pueden gestionar los comentarios….y sí, ya se que -según las instrucciones- en la teoría tendría que poderse, pero eso no es así,  ni se pueden eliminar aquellos que pudieran ser ofensivos o injuriosos. Esa función ha desaparecido, o no soy capaz de encontrarla.

No se puede acceder directamente a los artículos de meses pasados de forma rápida, hay que ir de uno en uno, sufriendo interminables parones de refresco. Vamos….Una penitencia. Los parones y atascos son recurrentes e insufribles.

Para colmo, las limitaciones de la anterior plataforma siguen activas, destacando de entre ellas la imposibilidad de conocer el número de visitas que se recibe el blog, algo que se antoja fundamental.

Hemos pasado de Málaga a Malagón. Si nadie piensa arreglar esto propongo ir pensando en regresar a la anterior plataforma, que funcionaba mucho mejor y era infinitamente más sencilla y práctica.