Tras la derrota electoral del pasado 20 N, se remueven los cimientos del socialismo riojano. La celebración del último Comité Regional en Logroño, supuso el pistoletazo de salida en la carrera por poner orden y marcar rumbo.
Al calor del congreso que se celebrará el próximo mes de febrero, ya los medios de comunicación señalan y ponen nombre a candidatos, que en alguno de los casos se enteran de que lo son, leyendo la prensa.
Tras el que se anuncia como punto y final del denominado “kikismo”, existe gran incertidumbre y expectación ante la decisión de los afiliados sobre la persona que ocupe la Secretaría General. De momento tres caballeros se postulan -o son postulados por la prensa- para el cargo, pero es casi seguro que saldrá alguno más y sin lugar a dudas también alguna mujer optará al cargo.
Como las marmotas, -cuando se aproxima la primavera- incluso aquellos y aquellas más adormecidos y desaparecidos de toda participación, sienten la llamada de la naturaleza y reactivan su actividad. Los que en otra vida fueron políticos, felizmente resucitan.
Se afirma (algunos lo hacen) que la persona elegida como nuevo Secretario General, tendría que estar al mismo tiempo ocupando escaño en el Parlamento de la Rioja, para enfrentar y debatir con Pedro Sanz. Esa premisa dejaría las posibilidades extraordinariamente mermadas, pues en un grupo parlamentario en el que de sus 11 miembros, al menos 4 ya estamos en malísima posición, (uno porque se marcha a Madrid, dos porque forman parte de la Mesa del Parlamento y yo porque no estoy preparado para semejante encomienda), solo siete quedarían con esa condición de parlamentario, que les permitiría ser al mismo tiempo Secretario General y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista.
Por ello no es descartable que a partir de febrero se instaure una “bicefalia” en el PSR, lo cual a mi particular entender sería la mejor opción. Una persona destinada a dirigir la importante tarea de oposición y trabajo parlamentario y otra –diferente- a reconducir al partido hacia la consecución de mejores resultados y la reconquista de ayuntamientos.
Las bicefalias no tienen por qué ser malas. Pueden ser incluso tremendamente positivas, siempre y cuando ambas cabezas trabajen por los intereses del partido y de los ciudadanos, sin entrar en luchas de poder o pulsos de gallos engreídos.
Se avecinan días interesantes en los que lo verdaderamente importante espero que sean los mensajes de futuro y no la familia que a cada cual apadrine.