En la oleada liberal que sacude este país de pandereta, un grupito de “insolidarios zánganos aburguesados”, (los profesores, educadores, catedráticos y de más “calaña docente” ) han sido colocados en el disparadero del escarnio público. Su ubicación en tan desagradable lugar no es casual ni nueva.
Desde la derecha española – política y mediática- se están lanzando acusaciones y descalificativos injustos e interesados (como los que yo usaba injustamente en el primer párrafo) . Desde el partido Popular nos quieren hacer ver a la clase docente española como un grupúsculo de privilegiados que se quejan por todo. Se ridiculiza y falsea intencionadamente la duración real de su jornada, para trasladar a la sociedad el “rumrum” de que no trabajan mucho…Se hace mofa de sus necesarias horas lectivas -que según Esperanza Aguirre apunta- utilizan para leer revistas. Se les acusa de no querer educar a 35 niños/as en una misma clase.
En los medios informativos de la caverna mediática (FJ Losantos, Intereconomía, la Gaceta, etc.) no se cortan un pelo a la hora de calificarlos de rojos insolidarios, progres trasnochados y de lastre para una educación recta y moral.
El propio ministro de educación y cultura (José Ignacio Wert) ayer a la tarde salía airoso del plante que los magnánimos rectores de varias universidades le habían dado en toda la cara. El muy soberbio -ante al desplante propiciado por sus recortes- optaba por tomar la calle del medio y recordar a los rectores que la decisiones las tomaba él, a golpe de (Real Decreto) que para eso tenía mayoría absoluta y, claro, contra este tipo de argumentos, poco o nada puede hacerse.
Como decía (al inicio) no es esto nuevo, ya pasó con los maestros y maestras de la República, que tampoco eran muy bien vistos por la derecha.
La verdad es que la cultura y la derecha son como las saetas de un reloj, en ocasiones coinciden…Pero muy de vez en cuando.