¿Quién coño se ha casado?…me preguntaba espantado un vecino del casco histórico. No era para menos, ya que de una forma absolutamente sorprendente, la calle principal de la ciudad había sido desalojada de coches para permitir que aparcaran cinco autobuses. Para ello, la policía municipal había colocado señales de prohibido aparcar al punto de la mañana del sábado 29 de septiembre.
El motivo de desalojar toda una calle de vehículos era el de facilitar a los asistentes a una boda religiosa su acceso con toda comodidad y cercanía a los autobuses que desde la Iglesia de Santiago los iban a trasladar al banquete en un restaurante de Logroño.

La alternativa era que los cinco autobuses esperaran en la cercana estación de autobuses de Calahorra, pero eso hubiera supuesto que los invitados tuvieran que caminar a pie los doscientos metros que separan la iglesia de la estación (a dos manzanas).

Cortar la calle y poner un par de policías municipales al tanto de la operación sería algo natural en una república bananera o en un pueblo gobernado por un cacique, pero estaba sucediendo en Calahorra…Que evidentemente no es una república, pero de caciques sabemos un rato.

Sea como fuere -el despelote de cortar y desalojar una calle principal-, es algo que nunca había sucedido para que se celebre una ceremonia privada y, que tras indagar un poco resulta que la contrayente, es hija de un importante  empresario (del sector de la construcción) al que según se comenta el alcalde Pagola procesa amistad. Y este no es un dato menor ni mucho menos, ya que si el que se casa es el hijo de un “desgraciado”, o un pobre ciudadano de clase media…O sencillamente no cuenta con la amistad e intercesión del alcalde de Calahorra, ni por el forro de los cataplines le cortan la calle, se la desalojan con señales del Ayuntamiento, le dejan aparcar cinco autobuses y ponen a su disposición dos o tres policías municipales. ¡Ni de coña!

Pero en este caso así sucedió. Desde el Ayuntamiento solicitaron a la Jefatura de Policía local que señalizara la calle Grande, cosa que la Jefatura ordenó a la Policía Local, los cuales señalizaron, vigilaron, cortaron la calle desviando el tráfico en determinados momentos y todo ello sin que esa actuación fuera solicitada por registro, ni aprobada por la Junta de Gobierno ni nada de nada. Es precisamente por ello una actuación irregular y arbitraria, que supone un trato de favor del alcalde hacia un determinado ciudadano, por el cual se malversan bienes y recursos públicos para beneficio privado. Y eso tiene un nombre.
¿Quién ha pagado las señales, su colocación, las tasas por ocupación de la vía pública, por cortar una calle…Por utilizar durante varias horas a los agentes de policía….¿Dónde está la solicitud y la autorización para hacer todo eso?…¿Qué coño pasa en este pueblo?…

PDT: Hace dos años, una asociación (ecologistas en acción de Calahorra) solicitó poner una mesa un sábado por la mañana para celebrar el día de las aves y repartir información sobre ornitología en el paseo del mercadal (peatonal). El alcalde lo denegó y los mandaron al aparcamiento del Silo (a un kilómetro de distancia), el motivo: que obstaculizarían el tránsito de personas.