Ayer por la tarde, en una papelera del Hospital San Pedro de Logroño, encontré arrugado un periódico. Su intencionado arrugamiento únicamente  permitía leer esta frase: “Pedro Sanz propone la reforma de…”. La curiosidad pudo conmigo. Me armé de valor y, ante la mirada de los atónitos ciudadanos que esperaban su turno en radiología, hurgué en la papelera y rescaté el ejemplar. Se trataba de un diario gratuito, de nombre “Noticias de La Rioja”. En la portada, aparecía una foto de Sanz, (Presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja)  rodeado de varios ministros, una funcionaria de Turismo y los presidentes del Congreso y del Senado.
El titular decía: “Pedro Sanz propone la reforma de la ley electoral con segunda vuelta”. Un titular que tiene bastante miga -no por su defectuosa y/o ambigua redacción- sino porque eleva a categoría una soberana ocurrencia. Un anhelo reprimido, que va directamente contra la ley electoral y contra el espíritu democrático de nuestro país.
En la segunda página el titular se repite, pero ahora ya es más inteligible “ Pedro Sanz propone la reforma de la ley electoral y establecer la segunda vuelta” y, en esta ocasión con una foto del presidente a tamaño XXL.  La totalidad de esta página y la mitad de la tercera, se dedican a contar las bondades de la “trascendental” conferencia ofrecida por Pedro Sanz en la corte española. En la mitad inferior de la tercera página destaca un anuncio -a todo color del Gobierno de La Rioja-, pagado a costa de los impuestos de todos nosotros,  en el que se refleja la “monumental” cantidad de dinero invertida en seguridad vial, con céntimos de euro incluidos y, que evidentemente algo tendrá que ver con el gran espacio destinado al reportaje  que precede.

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Viaja el Presidente riojano a Madrid para reclamar una ley que obstaculice el paso a los partidos pequeños. Que garantice mayorías absolutas. Que  minimice el peso de los partidos nacionalistas y reclama también “el peso de La Rioja”  frente a  vascos y catalanes.

Dice que “parece que solo hay vascos y catalanes”….Todavía no se ha enterado de que gobierna una comunidad con menos habitantes que  vecinos tiene el barrio zaragozano de Miraflores y, que por tanto,  es matemáticamente entendible que tengan más peso; que se hable más de 10 millones que de 300 mil. Pero bueno, allá él con su demagogia.
No se esconde Sanz, en su lucha por reducir la democracia a su mínima expresión. Quiere menos diputados en los parlamentos.  Menos concejales en los pueblos. Menos partidos con representación. Más ámplias mayorías absolutas y perpetuar el bipartidismo…¿Qué será lo siguiente que pedirá?…´¿Que las monedas de euro lleven dos “p” por una cara y su cara por la otra?…¿Sacar una ley para que el presidente tenga que llamarse obligatoriamente Pedro y apellidarse Sanz?.

Lo verdaderamente noticiable hubiera sido que reclamara un sistema electoral más justo y proporcionado, que garantice la presencia de los partidos más pequeños. Una rebaja del suelo electoral de representatividad -del 5 al 3%-, la celebración de primarias en el Partido Popular, la imposición  legal para  que una misma persona no pueda estar más de 8 años en el poder, o la implantación por ley de un sistema de listas abiertas, en el que cada partido o formación presente personas a las que elegir individualmente por los ciudadanos….Porque para hacer un ataque frontal a la esencia misma de la democracia no hace falta marcharse a Madrid a invitar  -en el hotel Ritz-  a 250 acólitos a costa de nuestros impuestos.
El titular deseable -y noticiable- en estos momentos hubiera sido éste: “Pedro Sanz propone listas abiertas para las próximas elecciones”