La realidad supera muchas veces a la ficción y, en la España de Rajoy cada nueva ocurrencia del Gobierno sorprende más que la anterior.
El Partido Popular ha puesto en marcha políticas de acoso y derribo a la población inmigrante, recortando sus derechos y retirándoles incluso los papeles de residencia o la asistencia sanitaria. Pero ahora resulta que si estos u otros inmigrantes disponen de 160.000 eurillos en el bolsillo pueden comprar dos cosas al precio de una. Una casa y de regalo los papeles de residencia en España. Así lo ha propuesto el Secretario de Estado de Comercio.
Lo más bochornoso de esta ocurrencia es que se quedan al descubierto los verdaderos principios de la derecha, que es capaz de soportar a los inmigrantes siempre que sean millonarios. Un clasismo económico, que otorga residencia a los pudientes y una patada en el culo al resto. Ser español ahora cuesta 160.000 Euros, poca cosa me parece. Con dinero el nacionalismo del Partido Popular se relaja.
Algún lumbreras ha pensado en solucionar la papeleta a los bancos con la venta de sus activos tóxicos a nuevos inmigrantes que vengan hasta España con sus millones en busca del sector inmobiliario. Un desvarío más de aquellos que sabían como se solucionaba la crisis y un año después nos sitúan al borde del abismo económico, ético y moral.
Se buscan rusos y chinos, a los que vender los pisos y casas arramplados por la banca a los desahuciados; pisos que molestan y lastran a los bancos.