A cualquiera le parecerá que es un escándalo, que en España existan 300 políticos imputados por los tribunales (presupongo que por delitos relacionados con el desempeño de su puesto), un número sin duda elevado, que supone el 0,4 % del total de los políticos que en referéndum eligen los ciudadanos cada cuatro años.
Pero esa cantidad y calidad de imputados, corruptos y demás, sorprenderían todavía más a un extranjero, venido de Francia, Estados Unidos, Holanda o Finlandia…Por poner solamente cuatro ejemplos. También les sorprendería una barbaridad, que gracias a una amnistía fiscal , 29.000 personas (nada más y nada menos) hayan aflorado miles de millones de euros, que tenían de manera fraudulenta, amasados sin cotizar, por los que han terminado pagando un 3% para legalizarlos. ¡29.000! .
Pero todavía les sorprendería más, que el 25% de la economía de España, sea sumergida, ya que los impuestos que dicha economía supondrían sería más que suficientes para hacer innecesario cualquier recorte de los acometidos por Rajoy.
Aunque todo lo dicho hasta este momento podría incluso parecerles una niñería, si se enteraran, que nada más y nada menos que 30.000 familias, siguieron cobrando prestaciones por la ley de dependencia, pese a que los familiares dependientes – para cuyo cuidado les pagaba el Estado- habían fallecido.
Son cosas que pasan…Por despiste, “por error”, por codicia, por avaricia, pero que parece que suceden con más frecuencia en España que en ninguna otra parte de nuestro entorno desarrollado. No en vano, vivimos en la tierra del lazarillo de Tormes.
Pese a todo, nuestro país tampoco es el más corrupto, puesto que se coloca en el lugar 31 en transparencia y en el 152 en corrupción total (hay por tanto 151 países más corruptos que nosotros), pero la corrupción y el fraude son materias que han aumentado en España con la crisis en los últimos tiempos, y que ambas están firmemente infiltradas en todas las capas de la sociedad.
Incluso los más patrióticos españoles, como (Luis Bárcenas), que decoran sus muñecas con pulseritas de la banderita española, a la hora de pagar impuestos prefieren las cuentas en Suiza.