Los propietarios de terrenos rústicos que se vean atravesados por sistemas de regadío, acequias etc., tienen la obligación de mantener estas infraestructuras de riego en perfectas condiciones de uso. Si esto se incumple, las sociedades de regantes envían a personal propio para que realice dichas labores y los costos derivados se trasladan luego al propietario. Si este no paga el coste de dichos trabajos, la deuda se va acumulando y finalmente se inicia un procedimiento de apremio que culmina con la pública subasta de la finca en cuestión.
Eso es ni más ni menos que lo que le va a suceder al famoso campo de Golf del alcalde y senador del Partido Popular de Calahorra, Javier Pagola. Un alcalde empeñado en un proyecto urbanístico (de 1100 chalets) disfrazado de campo de Golf. Se lo van a subastar por no pagar ni los desbroces.
En una entrevista concedida a Diario La Rioja el 4 de junio de 2005, el alcalde Javier Pagola, -a pregunta de la reportera- anunciaba la inminente construcción de un campo de Golf con bastantes más cosas de guarnición.
Decía Pagola: ”la semana que viene se firmará un convenio que pone en marcha todos los mecanismos urbanísticos para que se desarrolle el campo de golf. “En un año empezarán las máquinas a funcionar, con una infraestructura fantástica para la ciudad, porque no se trata solo de un campo de golf, sino que conlleva a demás una urbanización, un hotel, un centro de empresarios, un polideportivo, un centro de bodegas y algo que me entusiasma un parque tecnológico de los de “bata blanca”.
Ya en enero de 2006, el colectivo “Ecologistas en Acción” advertía de que semejante despropósito de proyecto nunca se haría realidad, pese a que tanto la empresa promotora como el Partido Popular lo elevaban a la categoría de “proyecto estrella”.
Pero trascurridos ocho años de aquello, el proyecto se estrelló. La razón y el sentido común se impusieron y, la verdad es que ni se hizo el campo de Golf, ni las 1100 viviendas, ni el polideportivo, ni el hotel. Tampoco el centro de empresarios ni de bodegas, ni el tecnológico (de las “batas blancas”).
Lo único que hizo Pagola fue descatalogar y desproteger125 hectáreasdel Monte de Utilidad Pública de Los Agudos y tramitar la recalificación a la carta de unos terrenos para sus amigos.
Dentro de 12 días se subastan los terrenos de esta descabellada idea, nacida en el fragor de la cultura del pelotazo urbanístico, que tuvo algunos “efectos secundarios” desconocidos por el gran público, que darían para varios interesantes artículos….Dichas consecuencias negativas las padecieron varios empresarios de Navarra y de La Rioja que vieron desaparecer su dinero, así como algunos ungulados que perdieron la vida en aquellos gloriosos días de cacerías, vino y euros.
Otro día más.