Cenando esta noche con uno de mis mejores amigos, me manifestaba su opinión de que vivimos en un país de auténticos gilipollas. Mientras tanto, en la televisión una nube de periodistas se arremolinaban ante la sede del Ayuntamiento de Yebenes, para cerciorarse de si dimitía -o no- una concejala PSOE por masturbarse y grabarse la masturbación en vídeo.
Porque a diferencia de lo sucedido con el Hecce Hommo de Borja, (que sin duda tiene su gracia y no causa mal a nadie a excepción del propio cuadro) esto de la masturbación y su difusión no autorizada es un asunto de esos que no tiene interés público ninguno y, que los medios utilizan para dar alimento al rescoldo misógino que habita en la sociedad.
Es evidente que si en vez de ser una mujer fuera un hombre, la repercusión no hubiera sido la misma. Lo mismo de evidente es, que alguna razón tiene mi amigo. Por cierto, una cuestión muy manida en las pasadas fiestas de mi pueblo, fueron las declaraciones de una adolescente (reina de una peña festera) que se posicionaba en su perfil de facebook contra la fiesta de los toros y afirmaba que no le importaba (incluso creo que apostaba por ello) que alguno de los toreros fuera corneado por un toro. El comentario privado de una niña en su perfil personal fue utilizado para su escarnio tanto en corrillos, conversaciones , redes sociales y medios de comunicación (lo que sin duda es más grave y sintomático), ya que esta niña no es un político ni tiene responsabilidad alguna y su difusión no obedece a lo que se considera “interés público”
Sin embargo, en ninguna parte (ni corrillos, ni redes, ni periódicos) he visto yo comentar que el Ayuntamiento de mi localidad , (Calahorra) ha puesto en el bolsillo de una empresa taurina 10.000.000 de las antiguas pesetas del dinero público de todos para que se celebre una feria taurina de auténtico despojo, a la que acuden cuatro gatos y gracias, mientras no hay un puñetero duro para la cultura, ni para becas ni para nada.