Un día mi buen amigo Goyo me llamó por tf a casa (no había móvil entonces) y me dijo que tenía la intención de pillar entradas, si me animaba a acompañarle a Zaragoza, a ver a Michael Jackson. Era 1996.
No andaba -yo- muy boyante de pasta y la entrada costaba un dinerillo. Así que le dije que no…que la próxima vez. No habrá próxima vez.
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Entre medias, los años pasaron, me hice padre, más padre…mucho más padre. Una de mis hijas le ha cogido el gusanillo a rey del pop, y para este año le había prometido llevarla a Londres al 02 Arena a ver al rey, en su próxima gira que empezaba este verano. Leire ha sacado unas notas excelentes…pero no habrá concierto.
Una vez más se cumple aquello de “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Ya nunca podré llevar a mi hija a un concierto de Michael…ni a mí mismo tampoco.
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Descanse en paz el más grande, el único capaz de vender 800 millones de discos en todo el planeta y ser 26 veces nº 1 en España.