Cuando una parte de la sociedad (la mayoría no silente) busca referentes y ansía poner en marcha sus ideales, se conmemora –en esta mi casa- que tal día como hoy -pero de hace cuarenta y cinco años- fue vilmente asesinado por la mano ejecutora del capitalismo de los USA un hombre hecho caña y acero.
Un guerrillero altivo que prefirió morir de pie antes que vivir siempre arrodillado.
Y casi medio siglo después, lo que Ernesto Guevara representa en el ideario colectivo de la izquierda resurge con más fuerza que nunca –si cabe- para gritar que otro mundo es posible, que la revolución vive en cada uno de nosotros y tal vez está esperando a que la despierten. Un despertar que precisa del desprendimiento total al que somos tan reacios.
Guevara descansa en su pétreo mausoleo de Santa Clara con el rifle en un brazo y un cuaderno de notas en la mano. Mientras, el mundo se colapsa sin remisión en la oscuridad de la que solamente una luz potente y blanca podrá sacarnos.
Delante de nuestros ojos, -pero fuera del alcance de nuestra vista-, el tercer mundo se desangra, mientras el primero anda demasiado preocupado intentando no perder sus privilegios. Nuestra crisis para ellos sigue siendo el paraíso.
Hoy más que nunca el Che está en todas partes, no solo – como dice Nicolas Guillen- “en el indio hecho de sueño y cobre, ni en el terrible desamparo de la banana”…Ahora el Che está también en el español desahuciado de su casa, en el inmigrante sin tarjeta sanitaria y en el joven que no encuentra un trabajo.
Otro mundo es posible. Si un solo hombre (cuando está hecho de caña y acero) puede cambiar el rumbo…¿Quién puede parar a toda una sociedad desprendida y convencida?
http://www.youtube.com/watch?v=KvsY-WdJDlQ