En un pueblo de La Rioja, de cuyo nombre no me quiero acordar, no ha mucho que vivía una simpática y lenguaraz concejala de hacienda que decía que tenía… saneadas las arcas municipales.
Lo decía en el pleno, lo decía en la radio…lo decía en la cama, en Japón y en La Ampallana.
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Su peculiar concepto de “Arca saneada” era tener contraída una deuda de 15 millones de euros…es decir, deber a diestro y siniestro unos 2.500 millones de las antiguas pesetas. Pero eso no era nada para ella…seguro que hasta podía endeudarse más. Lo que no explicaba la moza era en qué consistía el concepto “Arcas perfectamente saneadas”…tal vez es que han instalado un retrete en el interior del arca y, así está saneada.
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Desde luego mi concepto es diferente. Un arca ,si está saneada, lo es porque no se debe un solo euro ni a Cristo.
El arca del cuento (que tiene la concejala) no solo no está saneada…está podrida, agujereada y llena de arañas con hipoteca.