Estos días muchas personas me paran por la calle para preguntarme : ¿Cuánto cuesta ésto de las verduras?. La respuesta siempre es la misma. Pues que no lo sé, ya nos enteraremos.
Lo importante no es lo que cuesta…Lo importante es si sirve para lo que en su día las creó José Antonio Barco, es decir, para promocionar nuestras verduras, nuestros agricultores y nuestros distribuidores fuera de Calahorra, en el interés de extender y fomentar la actividad económica, de impulsar la producción y comercialización de nuestros productos agrícolas. Si sirve para eso, lo menos importante es lo que cueste.
Pero después de todos los años transcurridos, muchos en Calahorra tienen la sensación de que el esfuerzo y el dinero invertido no ha servido para otra cosa que llenar las tripas de gorrones, financiar viajes a papo lleno y, dar satisfacciónes banales a quienes tienen vedadas las intelectuales.
Poco dinero me parece -y además bien empleado-, aunque solamente sea por ver a todos estos (los de la foto) con esa cara de felicidad. Felices – y muy satisfechos parecen – de gobernar una ciudad en la que los problemas estructurales , la decadencia cultural y la falta de horizontes arrojan un panorama ciertamente depresivo.
¡Pero que felicidad tan grande, de posar mirando al infinito junto a Agata Ruiz de La Prada!, mientras nos acercamos a los 3000 parados, nuestro Casco Histórico se degrada, el comercio agoniza y los polígonos industriales están tan vacíos como las cabezas de la mayor parte de quienes nos gobiernan.
Que siga la fiesta y los “Gin tonic” a costa de nuestros impuestos… Y el pavoneo. ¡Que pagan los ciudadanos!.
Algo está a punto de explotar en Calahorra y, no sabemos si será la tripa de uno, las arterias del otro…Tal vez lo que se encuentre a punto de estallar sea la paciencia de los ciudadanos.