No entiendo el revuelo que algunos profesores/as -objetores de conciencia- han mostrado a la “educación para la ciudadanía”. Si la verdad es que a un niño/a, de tierna edad, se le puede manipular su opinión y su formación sin necesidad de objetar la conciencia. Y pondré un ejemplo sobre Lorca, que gracias a la ley de la memoria histórica está hoy de moda.
Una niña lleva a casa la poesía de un tal “Federico García Lorca”. Quiere aprenderla de memoria. La lagarta y el lagarto.
La repasa con su madre y la aprenden de memoria. ¡Que tío ese Lorca!… afirma la madre. Si, contesta la niña…lástima que se murió. Estupefacta y sorprendida, la madre replica: no hija mía, a Lorca lo asesinaron, no se murio. Lo asesinaron por ser homoxesual, por ser de izquierdas y apoyar al régimen democrático y legítimo de la segunda república frente a un golpe de estado fascista. La niña piensa….reflexiona
Mientras su padre – que escuchaba la conversación- apunta la posibilidad de que por no dar detalles escabrosos sobre el asesinato del gran poeta, tal vez el profesorado ha decidido ocultar algunos datos a los infantes, y decir sencillamente…se murió.
Es posible…es posible. Pero la madre, no conforme, pregunta a su hija: y a Jesús…¿Qué le pasó hija mía?….la niña sin pensarlo dos veces responde: lo mataron los romanos, le pusieron una corona de pinchos en la frente, lo clavaron con clavos en una cruz de madera y lo dejaron allí hasta que murió desangrado y de cansancio, luego un romano le clavó una lanza en el costado para ver si estaba del todo muerto…Vale hija…ya vale, es suficiente.