Pedro Sanz eclosionó en política desde la bancada de la oposición, recriminando al entonces presidente del Gobierno de La Rioja (el socialista Pérez Sáenz) que contara a sus órdenes con un número «muy elevado» de altos cargos. Acusación tan poco certera en aquellos momentos, que incluso a nivel nacional, se ponía a Pérez Sáenz como ejemplo de la austeridad en este denostado gasto.
De hecho, la prensa nacional afirmaba en 1994 que era precisamente José Ignacio Pérez Sáenz el alto cargo de España con un sueldo más bajo; sus consejeros, los peor pagados de todo el Estado y su Gobierno, uno de los de menor número de altos cargos.
Cinco legislaturas después de aquello, en la demostrada estrategia de aparentar -que Sanz maneja con maestría-, se nos ha vendido a los riojanos y riojanas unos esfuerzos y recortes en altos cargos, que muchos han comprado, pero que en el fondo es tan falsa como el bolso de D&G que nos puede intentar vender un senegalés en la playa de Salou. La pretendida austeridad en altos cargos de esta legislatura -recién iniciada- es puramente cosmética. Para valorar esto, hay que hacer memoria.
Cuando Sanz accedió por vez primera al poder, tras ganar las elecciones de 1995, configuró su equipo de Gobierno con un total de 27 altos cargos. . Un presidente, seis consejeros y sus respectivos secretarios técnicos, trece directores generales y un secretario general.
En el 2003 -solo ocho años después-, el número de altos cargos de Sanz se había duplicado alcanzando los 55: un presidente, nueve consejeros, otros tantos secretarios técnicos, veinticinco directores generales, y once subdirectores generales.
En 2006, los altos cargos ya alcanzaban la cifra de 64 personas; hablando exclusivamente de lo que se conceptúa como altos cargos y dejando siempre fuera de estos números toda suerte de asesores, gerentes, puestos de confianza etc.
Con la crisis ya muy avanzada, en el 2011 y en un supuesto alarde de austeridad, transparencia y recorte, desde la página web del Gobierno de La Rioja (www.larioja.org) se nos presenta la relación de personas que ocupan puestos de libre designación política como ‘altos cargos y personal eventual’.
Pese a la publicitada intención de adelgazar el morral de asalariados políticos, lejos de retornar a esos 27 altos cargos de 1995, seguimos en unas elevadas cifras. En concreto, encontramos un total de 47 altos cargos (casi un 80% más, con respecto a su primer Gobierno) con un sueldo medio anual para cada uno de ellos (y ellas) de más de 60.000 Euros.
A estos , hay que sumar al menos 50 (declarados) asesores y puestos de confianza, gerentes de sociedades , fundaciones públicas. y un difuso etc., que no está nada claro.
Un centenar de trabajadores políticos, nombrados a dedo (que evidentemente no han superado oposición, ni libre concurrencia ni la mayor parte de ellos el legitimador sufragio universal ), con salarios elevados a cargo de los impuestos de las riojanas y los riojanos. Una cifra más que discutible en los tiempos que corren y en una comunidad autónoma de poco más de 300.000 habitantes .