Ni todo es tan bueno como nos lo pintan ni tan malo como pueda parecer.
Es noticia recurrente que la Fundación Hospital de Calahorra sea merecedora de diferentes premios a su gestión sanitaria. Premios variopintos, algunos incluso con un punto de “anodinismo” indiscutible.
En esa vorágine de premios y distinciones algo se está quedando por el camino y, eso es precisamente la atención a los ciudadanos. Una atención que no quiero vincular al trato facultativo sino al administrativo.
Los médicos, enfermeras y demás personal médico desarrollan una labor adecuada; sobre la misma no hay quejas. Algunos servicios (como el “hospital de día médico”) incluso funcionan extraordinariamente bien.
Caso a parte es la gestión administrativa de esta extraña fundación, a la que algunos tildan de ser la agencia de colocación del Partido Absolutista. Yo eso no lo sé…Pero ya lo preguntaré.
En la Fundación Hospital de Calahorra, al ciudadano se le ponen demasiadas trabas para cuestiones sencillas. Pedir citas es una letanía en la que o te toca un horario anodino para llamar por teléfono o directamente las “listas están cerradas”…expresión santo y seña de la Fundación Hospital de Calahorra.
Yo comprendo que es fatigoso atender por teléfono (y en persona) a todos los usuarios que cada día acuden a la Fundación Hospital de Calahorra, por eso animo a quién no esté preparado para ello -ni a gusto con ese trabajo- a que lo deje y, se dedique a otra cosa.
Contactar con tu especialista, conseguir un informe, pedir cita para determinadas especialidades, se puede convertir en un partido de pelota en el que el usuario es el pelotari y la señora o señor que coge el teléfono, un frontón de hormigón armado.
A finales de agosto necesitaba un informe médico, para un seguro de empresa. Llamé por tf para que me pasaran con mi médico especialista. Primero se puso una señora que me dijo que si quería hablar con el especialista que llamara de 14,00 a 15,00h. Llamé a las 14,30 y se puso otra que me trasladó que no se podía hablar con el especialista. ¡Coño…Se puede o no se puede! ¿en qué quedamos?.
Después de mucho divagar, me dice que en cualquier caso el especialista en cuestión está de vacaciones, que llame después del 15 de Septiembre.
El 16 llamo y otra señora que se pone al teléfono, me dice que no me pasa por tf con el especialista, que no pueden pasar llamadas, que lo tienen prohibido, pero que me persone en la recepción y rellene un impreso de solicitud de informe.
Tres días más tarde bajo, y tras esperar casi una hora, con más de 30 personas delante (en un atestado recibidor, como demuestra la foto) relleno una solicitud para que me den el informe. Pasan 15 días y llamo por tf….Me dicen que todavía no está, que ya me llamarán. Pasa un mes y nuevamente llamo; una señora que se pone me comenta que ya se lo pasaron (la petición) al especialista, que tengo que consultarlo (si está hecho o no) al servicio de “archivo”, aunque como son más de las 14,00 ya se han marchado, que les llame al día siguiente. Cosa que hice, pero con la mala suerte de que la señora que se puso en esa ocasión era de distinta opinión que la anterior; me dice que de ninguna manera puede pasarme con archivo, que tengo que ir en persona con el resguardo y que no me preocupe que ya me llamarán . A mí me dieron ganas de mandarla a conocer Grecia, pero me contuve, no sin esfuerzo.
Tras llamar varias veces – a finales de octubre- para preguntar si estaba el puñetero informe o no, el 3 de noviembre el especialista que tenía que hacérmelo me telefonea al móvil. Me dice que le han mandado un mail desde archivo a ver si ya tiene mi informe, pero que a él nadie le ha pedido ningún informe…Que a ver qué es lo que quiero.
Yo le digo que desde agosto ando detrás . Me cita para el día 4 de noviembre a las 8.50 en su consulta y en 2minutos y 5 segundos redacta el informe y me lo entrega.
Es decir, que para 2,5 puñeteros minutos llevan mareándome desde el mes de agosto.
Que se dejen de tanto premio, tanto teléfono ocupado, tanta lista de espera y, se pongan a trabajar para hacer las cosas más fáciles a los ciudadanos, ya que nadie acude a un hospital por su gusto.
Su gestión administrativa es francamente mejorable.