El Tribunal de Cuentas ha dicho alto y claro, que dentro del sistema público de salud de La Rioja, el hospital conocido como “Fundación Hospital de Calahorra”, realiza prácticas poco edificantes en la contratación de servicios. Habla en su informe de “errores” en la contratación. Dice que “las contrataciones no son conformes con los principios que deben regir la contratación”. Que han detectado “falta de objetividad, transparencia e igualdad”….Que en tan solo tres años investigados (2002, 2003, 2004) la Fundación Hospital de Calahorra realizó contratos de este tipo por un montante de 20.200.000 Euros, nada más y nada menos. Pero lo que no dice el informe, es que el Gobierno de La Rioja oculta las cuentas de la FHC a los diputados y diputadas de la oposición. Que las cuentas de esta extraña fundación privada con dineros públicos- (engendrada por el gobierno del PP), no se facilitan a los legítimos representantes de los ciudadanos.
Es el círculo vicioso de la sanidad en La Rioja. Los ciudadanos aportan un importante dinero vía impuestos, que el gobierno ha de gestionar para dar servicio sanitario a la población. Este dinero se traspasa a una fundación, que lo utiliza como considera oportuno, sin dar cuentas a nadie y, según afirma el Tribunal de Cuentas, de forma no muy aseada.
Esos dineros se usan presuntamente para contratar servicios, en ocasiones de forma fragmentada – para evitar mayor transparencia- que acaban en manos de determinadas empresas, posiblemente afines a la Fundación Hospital de Calahorra o de intereses relacionados con esta.
Pero el vicio -en el uso del dinero público- no termina en la FHC; desde el Gobierno de La Rioja, parte del pastel económico del presupuesto sanitario va a parar a empresas de sanidad privada que cada vez están adquiriendo más peso en esta Comunidad, gracias a convenios, externalización de servicios, reserva de plazas, etc. Buen ejemplo de ello lo supone el centro que otra empresa (de sanidad privada) está construyendo en Calahorra para “enfermos de larga estancia”, que ya cuenta con el compromiso – para más de 2 décadas- de trasvases regulares de dinero público.
No es de extrañar, que algunos califiquen a este tipo de empresas y fundaciones como “ presuntas agencias de colocación del partido”. Se cerraría con ello el círculo vicioso…Trasladar dinero público a determinadas manos privadas y crear al mismo tiempo una red clientelista de estómagos agradecidos de los que poder echar mano cuando sea necesario.
Solo me queda la duda de si tienen – o no- razón quienes afirman que uno de los requisitos para entrar a trabajar en ellas – u obtener contratos- es poseer el carnet de afiliado.