Los obispos españoles comparan la conservación del medio ambiente con el aborto, en un ejercicio de cinismo digno del colectivo.
Estos oscuros individuos, de negro traje, que nunca tendrán hijos –reconocidos- aunque gusten de que les llamen padres…se creen –sin embargo- omnipotentes para decidir lo que deben de hacer los ciudadanos y las ciudadanas de España, observando siempre sus mandatos morales.
Acabarán por hacer renunciar de su fe a más de uno. Yo entre ellos.
.
Ahora van a colocar 1300 vallas publicitarias en toda España contra el Gobierno , contra el Congreso de los Diputados, contra la ley y contra la soberanía nacional, que reside en todo lo anterior.
Las vallas se aderezan con ocho millones de folletos y otros tantos millones de pósters.
El motivo de la campaña y del cartel es tan vomitivo como obsceno, pues engaña al presentar en el mismo plano a un bebé de doce meses junto a un cachorro de lince ibérico. La comparativa es burda, obscena y amoral…¡casi como un obispo!… (al estilo del portavoz de la Conferencia Episcopal Española).
Aporta el efecto contrario al que persigue. Ya que nunca un humano estará en el mismo plano que un animal, ni el animal tiene la culpa de estar en peligro de extinción o protegido. Tampoco es real el dilema que plantea, ya que la ley protege a los niños como el de la foto, por lo que el cartel en sí mismo es una burda mentira intolerable.
.
Ahora se explica para qué quieren que algunos marquen la casilla de la “X” en la declaración de la renta…para financiar campañas contra el Gobierno y contra el sistema democrático, que aprueba leyes sin contar con ellos.
Esta campaña va a costar varios millones de euros, despilfarrados en una pataleta infructuosa de cuatro obispos emborrachados de su propia endogamia intelectual, que deja en clara evidencia la desorientación de quienes dirigen a una Iglesia Católica que lejos de ayudar a los necesitados y a los pobres malgasta millones de euros en acuñar y publicitar su postura política contraria a un gobierno democrático y elegido por el pueblo.
Esta campaña no deja de ser otra muestra más de la hipocresía tan grande que asola a la Iglesia Católica, cada día más alejada de la realidad social, de las libertades, de la democracia y, lo que es peor…del amor al prójimo.
.
Mientras millones de personas mueren en el mundo de inanición…los orondos jerarcas de la Iglesia Católica se gastan el dinero recaudado de nuestros impuestos en campañas como ésta…y luego vendrá el sermón del domingo…y el sacerdote de turno nos pedirá una limosnita para la Iglesia católica.