Algunas de las grandes mentiras que manejamos inconscientemente -en el día a día-, nos han llegado heredadas de la tradición oral. Fruto de supersticiones supercherías, leyendas y explicaciones peregrinas a situaciones incomprendidas.
Otras al contrario (de las grandes mentiras) son el resultado de la maliciosa intención de quienes quieren confundir en el interés de obtener algo a cambio y, …¿Qué mejor resultado que recibir apoyo social a cambio de una mentira interesada?.
Con la electricidad de moda (o más exactamente con la subida del 7% de la misma, en el recibo mensual), se escucha la gran mentira de “nuestra dependencia eléctrica del exterior”.
Se afirma – en varios foros- desde el desconocimiento, que España es dependiente de electricidad y, que nuestro déficit eléctrico se soluciona gracias a la electricidad que nos vende Francia.
Quienes dicen tamaña barbaridad, se quedan más anchos que largos. Pero la realidad es bien diferente, ya que España nunca ha comprado electricidad a Francia, por tanto la mentira inducida interesadamente es falsa de solemnidad.
En primer lugar cabe destacar que no existen ni han existido grandes líneas de transporte eléctrico que permitieran ese trasvase de energía entre ambos países, lo que ya de por sí, es elemento suficiente para desmontar el embuste. Un tráfico fluido de electricidad a ambos lados de los Pirineos precisaría de multitud de líneas de alta tensión, de grandes redes de transporte cruzando la frontera. Unas infraestructuras inexistentes.
Este es el argumento preferido de quienes quieren justificar el mantenimiento y la nueva construcción de centrales nucleares, o de los que justifican la subida de la luz (del importe de la misma) diciendo que España no produce todo lo que necesita. Pero la realidad es muy distinta, hasta tal punto diferente, que nuestro país tiene una capacidad de potencia instalada más que suficiente para garantizar el suministro tanto con el aporte de las energías renovables (que ya suponen un 20% del total medio, y han llegado en ocasiones a alcanzar el 46%) , como apagando todas ellas al mismo tiempo y abasteciendo al sistema solamente con la “no-renovables”.
Nuestra dependencia energética es cierta, pero de las materias primas que utilizamos para la producción eléctrica (gas, petróleo, uranio…), no de la electricidad producida y que consumimos.
España está en este momento en condiciones de vender electricidad a Francia, (desde el punto de vista de la capacidad de producción) Lo que sucede es que no existen redes de transporte con nuestros vecinos que permitan esta venta, ni en un sentido ni en el inverso…Y que no no existan nunca.