Nunca nos pondremos de común acuerdo para calificar si todo este tiempo ha sido bien o mal aprovechado. Si el trabajo desarrollado ha merecido o no la pena…Si ha servido para algo. En cualquier caso considero que con sus luces y sus sombras nadie negará que alguna utilidad habrá tenido.

Quedará para siempre en el armario de los mitos colectivos la “esencial labor” que se dice desarrolló D. Juan Carlos de Borbón en los sucesos acontecidos tras el intento de golpe militar capitaneado por Tejero.
Pero a estas alturas de la democracia española, y de la situación económica de España, hemos de plantearnos si queremos recortar gastos del presupuesto de los Borbones. Unos Borbones entre los que solo parece salvarse el Principe de Asturias, de protagonizar sucesos poco ejemplarizantes con sus conductas.

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Estos últimos días hemos visto como la costumbre de cazarse uno a sí mismo o al prójimo sigue muy viva en la familia real. No en vano, el propio rey de España mató a su hermano (y heredero legítimo a la corona tras D. Juan Carlos) en un accidente protagonizado por un arma que se le disparó a D. Juan Carlos el 29 de Marzo de 1956 acabando con la vida de su hermano Alfonso , de un tiro en la cara . El futuro rey tenía 15 años.
Cincuenta y seis años más tarde, el nieto mayor del rey, Felipe de Marichalar y Borbón, de solo 13 años se pega un tiro a sí mismo con una escopeta de caza. Lo cual demuestra la inconsciencia de su padre al permitirle jugar con un arma de fuego. Las heridas sufridas, pese al ocultismo de la clínica donde está ingresado, han de ser necesariamente de consideración, ya que de otra manera es inexplicable que permanezca una semana ingresado.
Mientras esto sucede, la opinión púbica se pregunta ¿Por qué el rey no acude a visitar a su nieto al hospital?…la respuesta no se hace esperar. El rey se encuentra en África, – en viaje de placer- en uno de los países más subdesarrollados del mundo, matando elefantes y,  sufre una fractura grave de la cadera que le obliga a ser trasladado a España el 14 de abril (81 aniversario de la 2ª República) e intervenido de urgencia. Su esposa, la reina Sofía , se encuentra también de viaje privado en Grecia.
Llegados a este punto y, sin ni siquiera entrar a hablar de la infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarín, son muchos los ciudadanos y ciudadanas que se preguntan hasta cuando vamos a tener que seguir aguantando a Duques  (presuntamente) chorizos, ex –maridos inconscientes y monarcas demostradamente   vividores. Circunstancias todas ellas respetables desde la decisión privada de cada cual, pero no en representación de un país y de 44 millones de personas.
Yo , que respeto profundamente las costumbres de cada cual, – siempre que a mí no me afecten negativamente-, considero que un país de África está perfectamente legitimado a explotar sus recursos naturales (a ser posible de forma sostenible) y sacarle la pasta al primer canelo que necesite asesinar un elefante o un leopardo para sentirse más realizado…Más hombre. Pero la conducta de un individuo que se supone me representa, matando elefantes en Botsuana, osos pardos en Rumanía…o “conejos” en el  Algarve, me parece nauseabunda hasta el extremo del vómito. Yo no quiero que los borbones me representen si sus conductas van a ser tan reprochables.

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A mí este Borbón no me representa. Quiero que como español me represente Rajoy, Soraya, Gallardón, De Guindos, Montoro…Rubalcaba, Lara y el resto de los miembros de Las Cortes….Con sus luces y sus sombras, con sus aciertos y errores, pero sobre todo con la incontestable legitimidad que les dan ¡ Y les quitan! voluntaria y libremente los ciudadanos de este país.
Son  mayoría quienes consideran que la monarquía española no es inamovible ni está refrendada  por el pueblo. Nos la metieron con calzador escondida entre los importantes párrafos de la Constitución de 1978. Es un capricho que reinstauró el dictador golpista Francisco Franco. Su herencia más perdurable.
Estamos preparados para seguir adelante sin tutelas apolilladas. Dejemos las monarquías para las páginas de la historia y las hermosas piezas numismáticas.