Acusado de quemar el monte será juzgado por un tribunal ciudadano. El hombre afirma que prendió el matorral para salvar a sus ovejas del lobo
Acurrucado bajo las sábanas, sitiado por el silencio y el frío, el pastor piensa en su vida, en su aldea. “Quedamos cuatro gatos, las casas están casi todas vacías, no hay juventud. La ganadería no tiene futuro”.Tiene un rebaño de 500 ovejas, más de la mitad preñadas y como ha nevado todo el invierno espera con ansiedad el calor, el sol, para que levanten las primeras hierbas. Serían las tres o las cuatro de la madrugada, noche cerradísima, cuando lo oyó, y también su madre,
“Nosotros somos ganaderos, los penúltimos de este oficio tan antiguo, gente endurecida por los temporales, las caminatas y sobre todo por la soledad del pastoreo. Sólo tememos a una cosa: al lobo. Yo he conocido malparir las ovejas de miedo, de terror al lobo. Es la alimaña más dañina, más sanguinaria, si te mete el miedo dentro ya puedes hacer el petate y marcharte de la sierra”, dice.
“En estas montañas llevamos la vida más desdichada y no necesitamos lobos que nos espanten las ovejas, o nos las maten. Ni políticos, ni picapleitos, ni ecologistas ni guardas queremos por aquí. Somos pastores de Cameros, nos valemos solos”.
“Que qué vamos a hacer, de momento no amedrentarnos, hacer todo lo que se nos ocurra para espantarlo, usar todas las malicias para alejarlo de estos montes que no son suyos. ¿Que si daremos parte a las autoridades? Yo me creo que no, no nos sirven de nada, están con el lobo y lo amparan”.
El acusado «concibió el propósito» de acabar con el hábitat del lobo en las inmediaciones del corral de su propiedad, en la zona donde pastaban sus ovejas.
Al parecer, quería terminar con el cobijo que el denso matorral de retama, rosal silvestre y zarza proporcionaba a los lobos y, por tanto, tratar de eliminar su presencia en la zona «matando además cuantos lobos pudiera». Paralelamente, añade el fiscal, «se propuso limpiar el monte de broza y maleza para facilitar el tránsito y la recogida de sus ovejas».
”Con este fin, entre las 17.20 y las 17.45 horas, el acusado cogió una motocicleta para desplazarse por una pista forestal y una senda y, con la ayuda de varias antorchas realizadas con ramas de retama cortadas, prendió ocho fuegos distintos en otros tantos focos localizados en un radio de unos
“El fuego fue bonito, dio llamas exageradas y mucho humo, humo sacó como los altos hornos de Baracaldo, eso me denunció. La maleza estaba húmeda y por eso el humo fue tan denso. Los guardias lo debieron ver enseguida, pero para cuando se presentaron ya había yo quemado lo que quería quemar, para quitarles la lobera y mandar a las alimañas a tomar por culo. Aún subía el humo por la solana y me quisieron detener en el mismo monte, por pirómano dijeron, y que les ayudara a apagar el fuego, no tenía otra cosa que hacer, no me dio la gana y me bajé a recoger las ovejas”.
“Me fui a casa la mar de tranquilo, por haber hecho una cosa provechosa. Si había asfixiado al lobo no lo sé, pero tranquilo me he quedado un rato largo”.
La máquina judicial es lenta, después de tres años largos el Ministerio Fiscal solicita una pena de dos años de cárcel y multa para un hombre que quemó monte bajo, pasto y matorral, con el fin de evitar que el lobo matara a sus ovejas.
“Por prender un matorral y luchar contra el lobo me van a arruinar, por luchar contra las alimañas. Cuando eres un don nadie