La Rioja 06/05/2011

Gasco es un periodista de pueblo, rural, un sabueso del suceso que se lubrica el cerebro con clarete de su pueblo. Por eso llega a donde los demás no alcanzan y tiene la oreja donde guardan sus secretos los guardias. Es fácil que Gasco supiera desde hace años dónde andaba Bin Laden y no quiso informar a la Cía para quedarse él sólo con la exclusiva. Gasco es muy suyo, muy de su oficio y de su periódico. Los picoletos le respetan, y los comisarios le condecoran. Un reportero, el tal Gasco que te coloca noticias como ésta, un suceso ejemplar y riojano donde los haya.

Dos ciudadanos portugueses, vecinos de Hormilleja, fueron detenidos por la Guardia Civil como presuntos autores de un delito de robo con fuerza en una casilla de campo sita a las afueras de esta localidad. El hecho fue descubierto por los propios agentes tras ser reclamada su presencia por los vecinos del municipio, ante un escandaloso y tumultuoso acto festivo, un botellón despendolado y sin freno con tortas, puñetazos, gritos y collejas.

El suceso se produjo en la finca “Las Muñecas”, que se localiza en Hormilleja, al pie de la carretera LR-208. Los autores forzaron la entrada para acceder a la finca y seguidamente, rompieron la puerta de la caseta de campo, que apalancaron con una barra de hierro. Dentro de la casita se los pasaron a lo grande, revolvieron todo lo que se podía revolver y felizmente hallaron y se apoderaron de casi un centenar de botellas de vino de Rioja, vino añejo, reservas que se reservaron para ellos. También arramplaron con diversos aparatos -entre ellos un TDT-. «Intentaron llevarse un gran televisor, pero lo dejaron allí por su peso», dijo su propietario y es que el peso de los grandes reservas pesaba menos que ese modernismo digital. Los daños originados alcanzan los 300 euros mientras que lo robado se estima que pueda superar los 600 euros. O sea, unas 150.000 pelas.

Con las botellas de vino robadas los ladrones organizaron un fiestorro a lo bruto, que degeneró en pelea tabernaria, con puñetazos y gritos, y rotura de mobiliario hasta el punto de que una persona resultó con lesiones.

La situación de escándalo de tal orgía vinatera impedía conciliar el sueño los pobres vecinos y cuando la noche avanzaba hacia la madrugada y allí no había hijo de madre que pegase ojo, alertaron a la Guardia Civil. Una patrulla del puesto de Nájera acudió a media noche a ver qué demonios pasaba y ante la bronca que se había montado tuvo que intervenir. Fue entonces cuando se descubrió el robo de las botellas de vino exquisito de Rioja y se procedió a la detención de presuntos autores del robo y de la francachela, dos ciudadanos portugueses de 31 y 32 años, que finalmente cantaron y no sólo fados