Chiang Mai es la segunda ciudad más grande de Thailandia pero no tiene nada que ver con Bangkok. Sus calles son características por la cantidad de gente que pasea por ella, sus puestos de fruta, sus templos pequeños, sencillos e impresionantes y sus mercadillos nocturnos.
Los mejor para dar una vuelta por la ciudad es moverse en tuc-tuc, al igual que en la capital
Acordando un buen precio con el conductor, (suele ser baratísimo) te hace un recorrido por los templos que tú le indiques y por los que el considere que merecen la pena (o por aquellos en los que tiene algún amigo que vende algo…)
Cualquiera de ellos es una pasada
Regatear es una de las cosas más divertidas que se pueden hacer en Tahilandia. Hay que recordar empezar siempre ofreciendo la mitad de lo que te piden y nunca dejar ver que algo te interesa mucho.
Se puede encontrar prácticamente de todo, sobre todo, bolsos, camisetas y relojes de imitación. Al parecer tienen algunos a la vista, y otros de mejor calidad escondidos para quienes quieran pagar algo más. Yo la verdad es que soy malísima regateando, así que me limité a comprarme un reloj.
Para finalizar el viaje nos esperaban las inolvidables playas de Puket y la bahía de Phang Nga.