El Arenal fue un volcán inactivo hasta que en 1968 estalló destruyendo tres pueblos y matando a 80 personas. Luego se calmó y desde entonces, aunque para algunas semanas o incluso meses, constantemente expulsa amenazadoras hileras de lava, humo y piedras a gran velocidad. Unas veces por una ladera, y otras por otra.
Una de las cosas que más nos impresionó en nuestro primer acercamiento al volcán fue el sonido de las piedras al caer desde el cráter hacia el exterior. Por un momento pensamos que eran los trueno de una tormenta que se acercaba.
¿Y si de pronto vuelve a ocurrir lo que pasó en 1968? Seguramente no merezca la pena ni correr, porque si estas tan cerca como lo solemos estar los turistas, seguramente no haya tiempo de escapar.
Habitaciones de hotel junto al Volcán Arenal
El primer día en Arenal lo pasamos bañándonos en una
preciosa cascada…
Y paseando por los alrededores al volcán hasta que al anochecer paramos en un punto en el que éste se veía a la perfección y esperamos a que la luz cayera y empezara el espectáculo: la noche deja ver la lava cayendo
como si algo la iluminara por dentro. Puro fuego.
Esta es la foto más decente que conseguí sacar
Esta foto la he sacado de
internet, pero da igual lo buena que sea: no explica
lo que impresiona ver y oír un volcán en activo.
Nos gustó tanto que decidimos hacer
una noche más en Arenal y además nos cambiamos de hotel y nos alojamos en el
único que está dentro del Parque Nacional con el objetivo de
pasar la noche despiertos mirando la lava caer desde la terraza de la habitación. Pero tuvimos muy mala suerte y lo único que vimos fueron nubes alrededor de la montaña.
Fue la única
(y gran) decepción de todo el viaje.