Dejas volar tu imaginación durante unos minutos y te pones a pensar en tus vacaciones de verano. Por curiosidad, buscas cuánto podría costarte el billete de avión a ese destino soñado y lo que ves no te disgusta, pero… ¿es un buen precio? ¿compro? ¿es pronto? ¿y si baja más?
Estas dudas son normales, pero siempre hay algunos trucos para saber si lo estamos haciendo bien o no a la hora de comprar un billete. ¿En qué mes sale más barato volar? ¿Qué día de la semana? ¿Merece la pena esperar o hay que anticiparse?…
Reconozco que a mi lo de comprar un vuelo me pone muy nerviosa, porque siempre que veo un precio que me parece adecuado pienso que si compro ya, más adelante habrá un precio mejor, y si no compro, me quedo sin la oferta y ya sólo puedo comprar más caro. Es evidente que hay cosas impredecibles, ya que las compañías aéreas van ajustando sus precios en función de las plazas que les queden por vender, lo rápido que quieran colocar los asientos… (que los ajusten no significa que los bajen ya que es muy raro que a última hora salgan chollos). A pesar de todo, hay varios trucos que podemos seguir para intentar que el vuelo nos salga lo más barato posible.
1 – Saber cuál es un precio razonable: Es imposible comprar barato si no sabemos cuánto es barato. ¿500 euros por un vuelo a Japón es mucho o poco? ¿Y 1.000 por uno Ecuador? ¿Y 50 por uno a Londres? Para conocer los precios, además de hacer un seguimiento durante un tiempo (yo llevo años esperando el gran chollo a Nueva Zelanda que nunca llega porque el precio que tengo en mente es irreal), está bien leer blogs de viajes o foros como losviajeros.com donde la gente comparte sus experiencias. Eso sí, fíjate en la fecha de la publicación, no sea que lo escribieran hace 5 años y se haya quedado desfasado.
2 -Antes no es igual a más barato: Aquello de cuanto antes compres mejor te saldrá no es cierto. En España lo sabemos (o somos unos dejados) ya que según un estudio de Skycanner, los españoles se encuentran entre los europeos que más tardan en reservar sus vuelos, con una media de 51 días de antelación. De hecho, el 65% de los consumidores españoles creen que las mejores ofertas para viajar se consiguen a última hora.
3 -Días de la semana: A veces las vacaciones laborales mandan, pero si tienes opción, martes, miércoles y jueves son los días más baratos para volar; de viernes a domingo los precios se disparan.
4 – Mes del año: En el precio del vuelo no influye tanto cuándo sea la fecha del viaje como cuándo compremos el billete. Hay dos épocas a lo largo del año idóneas para encontrar ofertas: La última semana de enero y el mes de mayo.
5 – La época del año: Hay destinos a los que se pueden encontrar auténticos chollos si eliges el mes adecuado, pero en otros casos los precios se mantienen más o menos estables. Es cuestión de observar con tiempo como fluctúan para no esperar inútilmente.
6 – Flexibilidad: Su puedes adaptarte a las fechas de las ofertas, es lo ideal.
7 – La distancia no lo es todo: Pensar que misma distancia es igual a precios similares es un error. No es lo mismo viajar a Asia que a América, África o al norte de Europa, aunque en algunos casos las distancias puedan ser similares. Tanzania está bastante más cerca que Japón y sin embargo los vuelos pueden costar el doble. Obviamente, en los precios influyen muchas más cosas que la distancia, como el número de vuelos que hay, el número de compañías que llegan al destino, su exclusividad, la demanda…
8 – Utiliza comparadores de precios: Son realmente útiles ya que de un vistazo ves los precios que ofrecen todas las compañías para un mismo destino en una o varias fechas. Además, puedes ponerte una alerta que te avise cuando salga la oferta que estabas esperando.
9 -Date de alta en las compañías aéreas: A veces es un poco rollo, pero está muy bien estar dado de alta en las newsletters de las compañías para que te lleguen por mail las ofertas ya que siempre hay cosas interesantes. Lo malo es que cada vez que abres el correo electrónico piensas en vacaciones, y así no hay quien se centre. 😉
10 – Pierde tiempo, mucho tiempo: A veces ocurren milagros y encuentras a la primera lo que buscabas. Pero pasa poco. Normalmente si te vas a gastar dinero hay que hacer muchísimas búsquedas durante mucho tiempo hasta dar con lo que quieres.
11 – No solo de low cost vive el hombre: Lo primero que hacemos cuando vamos a viajar a Berlín es mirar en Ryanair, pero no siempre sale más barato que en compañías ‘normales’. Estas también sacan buenos precios muy a menudo y además no ponen tantas limitaciones a los pesos y maletas, vuelan a aeropuertos principales y el servicio suele ser mejor. Pagar 50 euros más a veces compensa si luego al llegar a ventanilla no queremos llevarnos una sorpresa porque nuestra maleta pesa un kilo más de lo permitido y nos quieren hacer pagar por ella.
12 – Ida y vuelta: No siempre es la mejor opción. A veces sale mejor comprar el mejor precio por separado e incluso con dos compañías diferentes. Eso sí, hay que contar también con los gastos de gestión.
13 – Más lejos, compra antes: si queremos viajar a otro continente, el mejor precio lo obtendremos entre los 100 y los 150 días de antelación. Si es a Europa, con 6 u 8 se manas es suficiente.
14 – Borra las Cookies: Esto no lo tengo muy claro, ya que he estado investigando por internet y algunos dicen que funciona y otros que no sirve para nada. En todo caso, hay quien asegura que hay que borrar las cookies del navegador de Internet si has visitado un sitio de la aerolínea en los últimos 30 días porque algunas aerolíneas se incrementaran los precios de los visitantes anteriores a sus sitios web. Yo por si acaso…
15 – Sí a las escalas: Los vuelos directos siempre son más caros, así que si el tiempo de espera en el aeropuerto intermedio es razonable, merece la pena y a veces hasta sienta bien estirar las piernas una horita o dos.