Sé que acaban de empezar las rebajas y la tentación está ahí fuera. Sin embargo, yo soy de las de última hora, así que el post ‘rebajero’ tendrá que esperar. Entre tanto os traigo un nuevo DIY, cañero y fresquito, para las tardes veraniegas. La idea me la dio mi amiga Olivia, que es una fenómena del ‘háztelo tú mismo’.
Se necesita:
Después de cortar las mangas y pinchar las tachuelas, así es como quedó el experimento
Fotos: JPEG
Hubiera preferido unas tachuelas doradas, pero la oferta de la tienda era limitada. Y creo que una talla menos de cazadora hubiese sido perfecta para logar un chaleco más ajustado y ‘torero’. En fin, iré perfeccionándome sobre la marcha.
Por cierto, aprovecho para hacer un llamamiento a las mercerías de Logroño, para que arriesguen con todos aquellos materiales susceptibles de customizar una prenda. En los tiempos que corren es una buena práctica.
Por último, os dejo con otros modelos de chalecos para coger ideas.