Os presento a Estela, Raquel, Rocío y Elena (de pie). Y falta Ángela.
¿Más pistas?
Pues sí, la cosa va de uñas. De hecho, la obsesión enfermiza de Ángela, Rocío y Raquel por las uñas decoradas les ha llevado a abrir, hace apenas una semana, el salón FLAMINGOS.
Se encuentra en pleno centro de Logroño -en Bretón de los Herreros, 18– y recrea un antiguo salón de belleza de los años 80, alfombrado con césped, cubierto de espejos, pintado con animados colores, tapizado en leopardo y plagado de destalles kitsch. Por bandera tiene a los flamencos, icono de la cultura popular estadounidense.
Diseño, retro y cultura kitsch fusionados con el Nail Art, así se resume el estilo del proyecto y de sus tres emprendedoras, a las que se han sumado Estela y Elena en el trabajo de campo.
En el salón de uñas, Elena realiza cualquier tipo de manicura, desde la más clásica hasta la más atrevida. Y cuando digo atrevida hablo de tamaños imposibles, dibujos de todo tipo y apliques con piedras, perlas, tachuelas, cadenas… y piezas en miniatura, entre ellas los flamencos.
En Flamingos empiezas por las uñas y puedes acabar en la peluquería o bien con unas zapatillas Victoria de plataforma, con ropa retro importada de Estados Unidos (beisboleras, buzos, camisas, vestidos…), con camisetas procedentes de Londres, carcasas para el móvil de Chanel nº 5 o bisutería nada discreta.
La peluquería, por cierto, está al cargo de Estela.
En Flamingos no sólo hay cosas novedosas y divertidas, sino que sus precios son muy asequibles (y doy fe porque he visto las etiquetas). ¿Un ejemplo? La bisutería ronda entre los 3 y 9 euros.
Mientras Raquel me pone los rulos, os dejo con alguna foto más.