Si menciono el peyote alguno se pondrá de lo más psicodélico pensando en la mescalina (casi tanto como nosotras en esta primera imagen). Pero no me refiero a ese peyote, sino a la técnica que emplea cuentas de cristal japonés, conocido como miyuki, para crear joyas y accesorios.
Con esta técnica, Sara Castellanos Collado realiza auténticas virguerías que hoy os quiero enseñar, además de otras muchas manualidades que ha ido dominando de forma autodidacta.
Empezaré desde el principio. Sara es logroñesa y siempre le ha gustado crear sus propios complementos, sobre todo de croché, y customizar sus prendas. Pero no se lo tomó en serio hasta hace unos tres años, que empezó a hacer rosarios de piedras (de cuarzo, amatistas, turquesas…) y a venderlos por encargo.
Por cuestiones personales, dejó su empleo y se planteó trabajar desde casa en lo que más le gusta. Creó una página en Facebook, Sara’s things, y… ahí sigue.
“Descubrí el peyote, un trabajo de chinos total, y me enamoró”, reconoce esta artista. A mí me han enamorado sus piezas con esta técnica, sobre todo los manchettes (pulseras anchas) con los que nos veis en estas fotos.
Hasta 22 horas le puede llevar hacer una pulsera de peyote. “Sobre la plantilla empiezo a meter colores y formas, y a partir de ahí la inspiración manda, nunca copio”, asegura Sara, para quien un buen acabado, sin que se vean los remates, es clave en el tejido de los cristales con hilo de nylon. Con ellos hace también conjuntos como estos.
Sara siempre trabaja con materiales nobles; con piedras naturales, perlas, corales, turquesas, nácares, cristal (mucho swarovski), cerámica, cuero… Y normalmente por encargo, de ahí que sus piezas sean personalizadas y exclusivas, además de artesanales.
El croché es otro de sus fuertes. Con él elabora cuellos, capelinas, flores, gorros, cinturones… todos con un toque de brillo “porque -como dice- me gusta dar una pincelada de glamour a todo”.
FOTOS: JPEG ESTUDIO
También crea piezas para hombres (pulseras, anillos y colgantes), customiza prendas y calzado, y se ha encargado de alguna boda, desde el ramo de la novia hasta la ornamentación de la iglesia y el restaurante.
“Me gusta decir que creo y no que diseño, porque no he estudiado Diseño y me gusta respetar la profesión”. Pues lo dicho, Sara Castellanos crea y nos recrea con sus habilidades.