El sábado tuve la oportunidad de coincidir con David Delfín en Franco-Españolas, donde el diseñador malagueño expuso una de sus colecciones en las instalaciones de esta centenaria bodega de Logroño con motivo del II Día de la Moda. Me encantó conocer el porqué de esta propuesta, su historia, su imaginario, lo que no se ve pero da sentido a cada prenda. Unas entretelas que hoy quiero trasladar a este post, más teórico que práctico.
Todo giró en torno a su colección otoño/invierno 2013, titulada ‘Missing’ y dedicada a su perrita Alicia, que murió durante el proceso de creación de la misma. Una pérdida que Delfín envolvió en un LUTO BLANCO.
Como nos comentó el diseñador, “fue un proceso raro, de descoloque y extrañeza“, una sensación que plasmó en PRENDAS SUPERPUESTAS que, más que arropar, se posan sobre los cuerpos. Como la americana y el pantalón que lucen estos modelos.
La misma extrañeza se traslada a LOS BOLSOS de la colección, con distintas asas para llevarlos de diferentes formas (como bandolera, clutch, bolso de mano o al hombro) y en otras tantas posiciones.
Además de su perrita, en esta colección también está muy presente otra ALICIA, la del ‘País de las Maravillas’, a través de ases de corazones y rosas de crochet de un rojo intenso, o el suelo de damero sobre el que desfilaron sus modelos.
Hay guiños a su MÁLAGA natal (nació en Ronda) a través de los claveles que las modelos lucían en el pelo. Aunque no son la flor favorita de David Delfín, en opinión del diseñador el clavel es una de las cosas que en grupo o en ramillete resultan más bonitas que individualmente.
Sin ánimo de ofender, el diseñor nos comentó a las chicas que muchas veces, cuando nos arreglamos, tendemos “a mayores, como a madrinas”. Como ejemplo para ir ARREGLADA E INFORMAL al mismo tiempo, nos mostró esta sudadera de hombre a la que añade un volante (un nuevo guiño a su tierra) para convertirla en vestido.
“Me gusta crear ATMÓSFERAS un poco inquietantes y algo cinematográficas“, reconoce Delfín. Y Bodegas Franco-Españolas se lo puso en bandeja. Entre barricas colgó literalmente, ahorcados, estos maniquís de trapo para las prendas más vaporosas de la colección. “La ropa no es que les favorezca mucho, pero me da igual”, reconocía durante la visita.
El diseñador andaluz también sabe cómo llevar A LA CALLE sus creaciones e incluso a otros soportes. ¿Dos ejemplos? Las rosas de crochet de su desfile se transforman en rosas bordadas sobre sudaderas en las prendas más comerciales. Y el as de corazones salta de un vestido/sudadera a la ropa de cama.
Al final del recorrido, David Delfín nos reveló UN SECRETO. “A mi perrita Alicia le encantaba dejarse acariciar por las telas” y lo hacía tanto con la ropa del tendedero como con el mantel de una mesa o las prendas que cuelgan de los percheros de su taller. Por eso, en el desfile de la colección ‘Missing’, los modelos salían atravesando y dejándose acariciar por una cortina de gasa.
Comparó la colección ‘Missing’ con una especie de ‘misa’, de RITUAL FUNERARIO donde sólo hubo una licencia para el color negro: el vestido final, con mantilla, que lució Bimba Bosé.
Y hasta aquí esta pequeña lección de moda. De “pequeños detalles que a mí me sirven”, confiesa David Delfín, con quien me despido hasta la próxima.