El domingo, Luis Alberto Lecea, presidente de la DOC Rioja, se pronunció a través de Diario LA RIOJA. Muy interesantes sus palabras. Verdades como puños, aunque ya se conocían. Lo que se desconoce es cómo implantará sus ideas.
Que el mercado del vino no es trasparente es ser benévolo. Habla de vinos de baja calidad. Cierto. Habla de precios muy bajos. Cierto. Calidad y precios que manchan el nombre de Rioja. Es así porque el Consejo lo permite. Existen excedentes porque el Consejo lo permite. Al agricultor y al bodeguero. Y quien no lo ve es porque no quiere. Producir lo justo. O incluso menos. Pero todos. De nada sirve hacer cumplir la premisa de kilogramos al viticultor si luego la noche acoge la cita clandestina entre el papel sobrante y el vino de carretera. Y viceversa.
Es verdad que el agricultor debe saber a qué precio vende su uva. Beneficiará a Rioja. Ojalá Lecea lo logre. Escudarse en que el mercado marca el precio es esconderse en el beneficio de la bodega. Qué bodeguero imaginaría vender su producción y esperar a que sus distribuidores vendan a su vez ese vino y según el precio que pague el consumir final se valore el caldo que ha salido de la bodega. Los vinos salen de bodega con precio. Incluso, pagados. Con las uvas, al menos con precio. No es una exigencia, es una cuestión de dignidad.