Siempre es bueno escuchar. Después de unas semanas convulsas en el Consejo las opiniones se suceden y, desde luego, invitan a reflexionar. Me apuntan esta semana una nueva teoría: si Rioja quiere caminar hacia la calidad, el Consejo debe apostar por la diferenciación dentro de la DOC. Su idea se basa en Borgoña o Burdeos, donde muchas localidades tienen su propia Apelación, aunque siempre mande el nombre Borgoña o el nombre Burdeos. «No puede considerarse al mismo nivel un vino de una zona que de otra… Hay que darle una vuelta al concepto de joven, crianza o reserva». Son dos ideas. Significaría crear muchas subzonas dentro de la misma DOC Rioja, sin movimiento de uvas de una a otra (se entiende). Si hablamos de calidad, otra idea reside en el control al máximo de rendimientos. Incluso bajarlos. Pero esa medida debe ir de la mano de precios dignos. No se puede exigir sin dar nada a cambio.
Por cierto, el Gobierno Vasco ya ha vuelto al Consejo. Quizá se han dado cuenta de que su idea es política, que no vende botellas y no hay tanto dinero en caja para subvencionar y hacer que el viento sople a favor. Mejor apostar por integrar, no excluir. El Consejo ha sobrevivido este tiempo. No pierdo más tiempo.