Es la gran pregunta. ¿Cómo acercar el vino a los jóvenes? Una, la cultura. No es sencillo revertir esa tendencia que aúpa a la cerveza y hunde al vino.
Centrados en Rioja, ¿cuál es el objetivo? ¿Que los jóvenes consuman más vino? ¿Enfocar sus vinos hacia un consumidor de mayor poder adquisitivo? ¿Puede convivir el consumidor humilde con el elitista? Seguro que la clave está en el camino a tomar y cómo andarlo. Es lo más difícil. Acertar en la elección.
La cerveza ha buscado a la juventud a través de deporte y música; el buen brandy no busca, le encuentran; el vino necesita al consumidor de uno y otro, pero ¿cómo atraerlo? El mundo actual se mueve en internet. No veo viralidad de Rioja en redes, por ejemplo; veo vídeos profesionales sobre Rioja escondidos, con 2.000 visualizaciones en dos años. No es nada.
Es otra vía. Y gratuita en muchas ocasiones. Rioja es tan rica en matices que todos los consumidores de vino son potenciales clientes. El vino es sencillo de entender: gusta o no gusta. Ahora bien, si no llegamos no sabremos si gusta o no.
Durante los últimos años se han lanzado diferentes ideas para acercar el vino a los más jóvenes. Unas con más éxito que otras, aunque la realidad indica que el consumo de vino en España baja y está muy lejos del de otros países europeos y mundiales. Estas son algunas de esas ideas para evitar que el consumo siga bajando.
1. Hay que desmitificar el mundo del vino.
2. La sangría, el calimocho y los tintos de verano son primeros pasos que no hay que despreciar.
3. Tener en cuenta que los jóvenes lo que quieren es divertirse.
4. España tiene que aprender de Europa e introducir los vinos en pubs, clubs, conciertos y discotecas.
5. En la iniciación fomentar experiencias acompañando los vinos con platos habituales de la dieta de los jóvenes: hamburguesas, pollo empanado, pizza, pasta…
6. El 50% de los jóvenes de 18 a 35 años quieren utilizar el vino en cenas románticas.
7. Los jóvenes no pueden vivir sin Internet y las redes sociales. Tenerlo en cuenta a la hora de diseñar estrategias de comunicación.
8. Desde el punto de vista del marketing el mundo del vino tiene que aprender del fútbol y la religión e introducirlos desde niños en la cultura del vino. No en su consumo, obviamente.
9. Hay que arriesgar más en el diseño de las etiquetas. Se sugiere, incluso, evitar los tapones de corcho para aquellos vinos que no lo necesiten, y apostar por envases más accesibles.