Ocho ideas aspiran a convertirse en el eje sobre el que debe girar el Centro de la Cultura del Rioja, ese magnífico edificio que languidece en el maltratado Casco Antiguo de Logroño. El actual Ayuntamiento ha necesitado tres años para convocar y recibir propuestas de cómo dar vida a un fantasma al que algún acto de lo mas variopinto y su juego de luces rescatan del anonimato. Al menos, y después de tanto tiempo, las propuestas de gestión tienen como pilares incuestionables vino y gastronomía.
Lo del CCR ha sido un despropósito, como es la ausencia de cultura del vino en Logroño. Se ideó como un lugar interactivo resultante de un órdago político más que de una visualización real. A día de hoy, ni es un museo, ni oferta cultura, ni dinamiza la ciudad, ni ilumina un Casco en el que sus calles están llenas de planchas de acero, de baches, de suciedad y en el que cambiar la bombilla de una farola demanda varias semanas. Y_todo esto, el enoturista que pasea por Logroño lo ve y, además, se topa con las puertas cerradas de uno de los buques insignias de Logroño. Tiempo han tenido para pensar las mentes pensantes; ahora, no se eternicen en decidir y dedican con criterio.
El vino. Ilurce Joven Tempranillo. Bodegas y Viñedos Ilurce. Alfaro. 13.7% Vol. Fresco, equilibrado y corporal. 1€/copa.