El timbre ha sonado. Es la hora del recreo. Sebastián sale al patio y, curiosamente, no ve a nadie. Está solo. Bueno, casi. Un extraño ser de otro planeta se encuentra frente a él, justo en medio de la cancha de baloncesto. Le apunta con su pistola láser y le anuncia: “Normalmente aniquilo a los terrícolas instantáneamente; sois egoístas, descuidados, pequeños…, pero como hoy estoy de buen humor te doy un minuto para que me digas cinco cosas buenas de ti; si logras convencerme, te liberaré. ¡¡¡Tiempo!!!
Y Sebastián recordó a Piñón, el gnomo de la canasta. El gnomo Piñón siempre le decía: “respira y elige ser feliz, nada más”.
Respiró profundamente y dijo “quiero ser feliz”. Lo repitió hasta cinco veces.
Le guiñó el ojo a Piñón, el gnomo de la canasta, y al volver la vista hasta el alienígena del patio solo vio compañer@s jugando al pilla pilla, al baloncesto… y disfrutando del tiempo de recreo.
Ya sabes, cuando veas un o una alienígena, respira y elige ser feliz. Si necesitas un gnomo, mira bien a tu alrededor y alguno descubrirás, seguro.